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Cine Hot de Garay 1267 - Constitución- CABA

Día fresquito y me encamino para el lado sur de la Ciudad, tenia dos alternativas o irme al Cementerio de la Chacarita al que también recom...


Día fresquito y me encamino para el lado sur de la Ciudad, tenia dos alternativas o irme al Cementerio de la Chacarita al que también recomiendan o el cine, elijo este último porque me parece que hay que tener un limite para el morbo.


La gente de este cine como dijo Jorge es más bien humilde, tipo albañil o trabajador de la construcción, muy buenos, para un pasivo como yo que está sediento de chota. Y te cobran $20 pesos, los miércoles $15.

Justo llegue para la serie Monsters Cock (pijas montruosas), pasan solo pelis heteros, una mina (la protagonista del film) me quiere hacer creer en tono cómplice que la enorme pija que tiene por delante no le va a entrar toda en la concha! En la boca se lo creo porque el pibe tenía algo increíble, pero en la concha le entra toda.

Subo un piso y hay como un balcón, seguramente lo que antiguamente era la sala de proyección. Hoy van ahí los que proyectan que se las mamen y nosotros los mamadores.
Me topo con un tipo de unos 45 años con pinta de comerciante de shopping bien vestido con ropita fashion y bien perfumado que me hace "la pija tonta" me la pasa por el reverso de la mano y algo húmedo me queda en ella, se la agarro, lo pajeo y me huelo la mano, una mezcla de perfume, cigarrillo y chota están en mi nariz excitándome súbitamente, de pronto se mueve hacia un lugar más atrás y mas oscuro donde había más gente, algunos parados y otros arrodillados, pela totalmente su chota, se baja los pantalones y es el momento de comenzar.

Se la mamo como si fuese la última vez tratando de ver su cara en la que se dibuja una mueca de dolor y placer al mismo tiempo, otro ser anónimo se suma a nuestra reunión y el man al que se la chupaba me agarra la mano y me la pone en la chota del otro, mientras yo se la sigo chupando, este último me acaricia la cabeza y presionando desde la nuca, me hace entrar la chota de su amigo de la oscuridad, toda en la boca. Este empieza a dar unos pequeños gemidos y acaba, ahora este hombre que estaba detrás mío seguía sosteniendo con sus manos mi cabeza y se aseguraba que me tomara toda la leche que estaba cayendo en mi boca, -repetía: tomala y tragala, toda, tragala- me pasaba sus dedos por la lengua como para obligarme a tragar, algo que me excitaba mucho, independientemente de que no me tenía que obligar a nada.
El primer anónimo ya dejaba en mi boca las últimas gotas de semen y me miraba riendo, tocándome el pecho, una vez que se vistió se fue.



Mi partener (el que sostenía mi cabeza), se puso delante y ahora me metía su poronga mucho más larga y gorda que la anterior, paró un momento y agachándose me dijo en secreto: ¡quiero que te la comas toda! –Mientras me daba un beso como recogiendo con su lengua cualquier vestigio de sexo anterior que pudiera haber…

Su pija estaba en mi boca, no entraba toda y recordaba a la protagonista de la película que se quejaba de lo mismo…  Solo que este hombre sediento de sexo no reparaba en mis ahogos y en la cantidad de saliva que juntaba y que me obligaba muchas veces a  algunos intervalos donde el segundo Anónimo me pegaba con su poronga en la cara.

En un momento y con furia hundió su miembro en mi garganta, comenzó a hacerlo rítmicamente una y otra vez sacando totalmente su verga de la boca y volviéndomela a meter provocando pequeños ahogos.
Al rato empezó a descargar un contenido hermoso y cremoso de ansiedades, de frustraciones, de pedidos no correspondidos que llegaban a su fin a las 19 hs.



Su leche se esfumaba de mi garganta y el inspeccionaba que me la hubiera tragado, mientras tanto un pendejo de ropas más modestas tenía pegada a mi oreja su pija mientras miraba la escena, yo estaba terminando de limpiar la chota de mi amigo para que la guarde limpia y vaya a su casa, a su vida, seguramente a su mujer y a sus hijos.

Ya con la verga guardada pone en mi boca la pija de este modesto trabajador que empieza a moverse. Un sabor salado invade mi boca, su olor a bolas es fuerte y eso también me excita, ahora con toda su poronga erguida dentro de mi boca empieza a cogerme literalmente y a darme a intervalos besos con su lengua golosa que no deja espacios por recorrer, me baja los pantalones, trato de resistir pero me dice:
 -bájatelos, déjate hacer- y yo me dejo…

Ahora el que estaba parado era yo; el mamaba mi pija que no podía más.
Su pantalón de jogging comprado en la Saladita seguramente estaba en el piso.
  ¡Se lo había sacado! Y dándome vuelta me empieza a chupar el orto, esmeradamente, como nunca antes, su lengua hurgueteaba mi agujero que se abría cada vez más, pensaba en los documentos en el poco dinero que llevaba, en todo lo que iba a perder y en la forma en la que me iba a arrepentir, con gemidos del film de fondo, siento que me comienza a puertear mi ano con una pija de considerable porte, sus dedos jugaban con mi orto y como en un pase de magia su glande ahora estaba dentro mío y poniéndose en cuclillas conmigo encima ya su verga estaba toda dentro provocándome solo placer.
Cuando estábamos en el piso me dijo: -no te esperabas esto... ¿eh? – ¡Mira que lindo nene se coge el negrito! - y me pasaba su lengua por el cuello-

Intuía que se reía y que disfrutaba, nos levantamos con su pija dentro y colocándome contra la pared me empezó a bombear de una forma que me era muy placentera y por fin vino mi gran final, sin necesidad de tocarme siquiera, ya que mi calentura era tal que  chorros de mi semen iban a dar contra la pared cuando comencé a sentir que su verga durísima ardía, quemaba, latía dentro mío, un liquido caliente (muy) me invadía y se perdía en mis entrañas.

Ahí advertí que a mi lado había un chico de unos 19 años en la misma posición que yo, apoyado en la misma pared. Un hombre de unos 50  se lo estaba “moviendo” enérgicamente. El pibe tenía la mirada perdida en como me cogian, me miró nos reímos y lo besé. Acomodé mi ropa (tenía los documentos), salí y empecé a caminar por Garay para tomar el 39 y volver a mi casa, un colectivo llegaba a la parada pero yo no pude correr por el dolor que tenia en el orto y porque correr implicaba expulsar el semen de este último anónimo que aun quería tener dentro mío.
                                                                                                       
                                                                                                                       Tulipán