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El Villero VS El Rugbier

Primero que nada quiero confesar que tengo una debilidad por los rugbiers. Muchos pensarán que son re huecos y la verdad es que sólo he teni...

Primero que nada quiero confesar que tengo una debilidad por los rugbiers. Muchos pensarán que son re huecos y la verdad es que sólo he tenido sexo con ellos asi que nunca me puse a charlar como para despejar la duda, pero a nivel físico me atraen bastante.

Me encantan sus cuerpos fornidos, los pelos de las piernas que hacen un corte por la cadera donde se vuelve a unir con el vello del pecho, las colas paraditas y duras sin mucho pelo.

Mejor paro por que se me hace agua la boca. Dicho esto paso a contarles la historia.

Hace 3 meses, estando en la tetera de Juramento entró el pibe a quien amistosamente voy a llamar "el villero" (para que nos vamos a andar con vueltas ¿no?) El baño estaba medio lleno y el villero quería entrar a hacer lo suyo. Tocó una puerta mientras se quejaba en voz no tan baja, por eso se escuchó "uhhh estos pajeros de mierda, todo el día, paja, paja, paja" Yo me reía en un costado mientras el pibe que estaba en una puertita salió. El villero entro y yo tenía que irme.

Un domingo volviendo a casa me bajé en Olleros para ver si pasaba algo. Eran las 8 de la noche y no había mucho movimiento afuera. Al entrar veo a un chabón haciendole la paja a otro sólo metiendo la mano por la puerta, o sea que sólo se veía al de afuera. Le hice seña de que estaba todo bien para que siga y fingí mear para esperar a alguien. No pasaba nada y después de mucho esperar, veo que el villero sale de la puertita y huye despavorido del baño. Me sorprendo, me quedo un rato más. El que estaba haciéndole la paja, me "acosó" un buen rato abriendome la puertita, tocando y sollozando, "dale, dale abrí dejame que te la chupe". No me estaba haciendo el galán, simplemente no me cabía y tenía tantas ganas como él de chupar una pija. Finalmente me harté y me fui sin esperar que llegue nadie más. Toda la vuelta a casa fue pensando en el villero. Que guacho dije, o sea que cuando lo vi en Juramento dijo lo que dijo para hacerse el boludo pero le re cabe. Esa noche me toqué pensando en él y en como me gustaría ser su puta y que me coja en el baño. Hasta en mi fantasía tuve prejuicio para chupársela alegando que debía oler a rayos, pero pensé que iba directo con el forro para que me la metiera.

Martes. Turno con el médico. Salgo y enfilo derechito para Olleros. 7 de la tarde. Baño lleno y yo caliente como una pava. Hago pis y al sacudirla el pibe que tenía al lado sin mediar palabra y con miedo de que la guarde, agacha la cabeza y me la empieza a chupar. Está desesperado. Me pongo de costado para que se agache bien y lo veo al villero parado atrás de él. Me mira con cara de "¡Qué bien!" se empieza a manotear el pedazo. Le empujo la cabeza hasta el fondo al pibe mientras le pongo mis mejores caras de placer al villero. Sonríe, me da su aprobación "uh, sí, así" le leo en los labios. Viene alguien, nos hacemos los boludos. El que me la chupa se va y sólo queda gente alrededor mirando. El villero también se va. La concha de la lora pensé. Me quedo parado en un rincón, alguien abre la puerta y lo veo parado. ¿Voy o no voy? pienso 3 veces y maldigo: la puta madre, por que se paró afuera, que entre asi hacemos algo. Cuando me decido a traerlo de vuelta abren la puerta y entra el rugbier. Es rubio, de tez blanca pero está súper quemado como si acabara de volver de vacaciones. Tiene una remera azul con la inscripción "UAR" (Unión Argentina de Rugby para el que no sabe) y un cuaderno bajo el brazo.

Simula hacer pis y yo que ya estaba en mi punto me acerco y hago lo mismo, un par de manoseos y acabo. Me quiero matar. Uhhh aunque largaste la leche me vas a ayudar a acabar ¿no? me pregunta. No me deja responder y dice "No me gusta el público, vamos a otro lado". Le dije que bueno y lo seguí seguro de que el sabía a donde me llevaba. Salimos y fuimos a la estación de servicio del frente. Yo pensé que me iba a llevar a la casa y ya me había imaginado como le iba a chupar el orto. Claro que imaginé demasiado. Entramos al baño y fui directo a su pija. Era normal, pero con una forma rara. El olor a bolas me mataba y a la vez me hacía chupársela más. Le tocaba el orto paradito, me hace parar y me hace chuparle los pezones. El pecho es hermoso, torneado, no muy peludo pero me encanta. Me indica que sus pezones son míos y que les haga lo que quiera.

Me hace correr y me pide que me mire en el espejo chupándosela. Subo a los pezones, y se siente un leve olor a chivo. Vuelvo a la pija a matarme con su olor a pija y a bolas. La calentura no te hace parar y no hay olor que valga a estas alturas. De repente suena "Please me girl" de Poncho en su celular. Mira con cara de odio y corta. Lo miro desde abajo y le pregunto ¿es tu noviecita? sonríe como dándome a entender que sí. Sigo chupando y me advierte que va a acabar. Tiene la acabada volcán que le chorrea como en cámara lenta la waska blanca y espesa. La guarda así nomás y se arregla un poco en el espejo, le toco la cola y me saca la mano.

Le pido que me deje tocarle el orto mientras me pajeo por que quiero acabar. Ya te vi acabar allá, me recuerda. Sí, pero quiero acabar otra vez le digo. Me tengo que ir dice, su celular vuelve a sonar y sale como si hubiera visto un fantasma para atender. Me acomodo lento y salgo. Lo bardeo en mi cabeza. Pienso, la puta madre, quizás con el villero la hubiera pasado mejor y quizás tenía menos olor que este hijo de puta. Me lo merezco por prejuicioso, sentencié en mi cabeza.

La fantasía sigue en pie. Quiero estar con el villero. Un día fui directo pensando que lo iba a esperar horas si fuera necesario pero quería sacarme la calentura que tenía con él. Llego y la puerta de Olleros no es la misma. La cambiaron después de tanto tiempo y está cerrado. Se ve que se cansaron de limpiar los forros que dejan tirados por ahí y del olor a sexo que emana ese baño. Maldigo y me vuelvo a acordar del rugbier. La puta madre, tendría que haber estado con el villero, ahora con Olleros cerrado no voy a encontrar al villero nunca más. Pero quien sabe.

Matias Herrera