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Otro chico gay en Buenos Aires

Siempre hay que escribir sobre lo que uno sabe, es lo que dicen, al menos es un buen intento para comenzar a hacerlo, ya luego vendrá la ...


Siempre hay que escribir sobre lo que uno sabe, es lo que dicen, al menos es un buen intento para comenzar a hacerlo, ya luego vendrá la ficción, cuando escribir se haga más fácil y siempre hay que comenzar por la frase cliché, más que mal soy gay.

Tengo 30 años, soy publicista, me vine a Buenos Aires para aprender más, tanto profesional como experiencia de vida, salir de la burbuja en la que uno está cuando solo ha vivido en un país, en una sola ciudad y una misma casa toda la vida. Como muchos chicos gays siempre he estado en la búsqueda incansable del amor, somos la versión masculina de la princesa de cuento, que siempre espera la historia romántica, el príncipe azul y el vivieron felices para siempre, pero la triste realidad, ya sabida por todos, es que no es así y más en esta ciudad, más con esta gente y mucho más en el mundo gay en el cuál aunque queramos estar felices por siempre con alguien, en que queramos vivir una vida llena de romanticismo y fidelidad, la historia es otra, en la cual el verdadero reto es encontrar a alguien con quien compartir tu vida, tus gustos, tus sueños, pero que a mis 30 años y 8 ya asumido como gay, me ha sido completamente esquivo.

No sé si no tengo suerte, si tengo mal ojo o simplemente no soy del interés de algún chico para formar esa historia soñada, quizás tengo muchas expectativas, quizás soy muy impaciente y termino alejándolos o simplemente la ciudad no está diseñada para mi, ya que la gran parte solo quiere pasar un buen momento, sin compromisos, aunque anden por ahí diciendo que esperan encontrar el amor, se autodenominan de “diferentes” que buscan lo contrario y no solo pasar un rato, pero al fin y al cabo terminan siendo igual, esa histeria porteña en la cual por momentos te aman con pasión  y al otro día te tratan con una fría indiferencia, luego les dejas de prestar atención y vuelven recargados de romanticismo y pasión que dura algunas semanas, para luego volver a la indiferencia y así. Aunque he tratado de luchar contra eso, no estoy dispuesto a tranzar mi estabilidad, por momentos pensé que yo era el que terminaba alejándolos, pero luego de hacer un pequeño focus-group con mi grupo de amigos, sé que no es así, que esta historia que pensaba que era tan mía, se replica por decenas, la histeria porteña es una verdadera pandemia, por lo cual ya he dejado de amargarme por no lograr conseguir alguien que me ame como yo quiero hacerlo con él, simplemente ya he decidido en no sentirme triste ni falto de ganas, se que un día viviré el “y vivieron felices para siempre”


Otro chico Gay