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Una de gallegos... La Shell de la ruta 9.

A tener en cuenta la estación de servicio Shell a la entrada de la Ciudad de Córdoba. Un lugar lleno de olor a hombre y pijas por donde m...

A tener en cuenta la estación de servicio Shell a la entrada de la
Ciudad de Córdoba. Un lugar lleno de olor a hombre y pijas por donde mires
Camioneros a la entrada de Córdoba

Soy español trabajando en Argentina. Lo hago como auditor comercial para una empresa de telefonía móvil, por lo que me paso de viaje con el coche, de ciudad en ciudad y de empresa en empresa.

Mi trabajo me permite conocer mucha gente, lo que conlleva conocer muchos hombres de todo tipo, y siendo un vicioso como soy, follarme a muchos de ellos. Tengo que confesar que me encantan las pollas, cuanto mas grandes y mas gordas mejor. Por eso nunca hago ascos a cualquier tío que se me presenta.
En una de las visitas que tuve que hacer a Córdoba, una de mis ciudades preferidas, me pare a tomar algo en una estación de servicio de la entrada, una Shell

Solía estar frecuentada por camioneros, y a mi los camioneros me ponen muy cachondo.
Aparque mi coche y antes de entrar en la cafetería me fui hacia los baños, tanto tiempo conduciendo y sin parar ya tenia ganas de echar un buen meo.

Cuando entre en los baños un fuerte olor a meo me invadió las fosas nasales, se notaba que era el baño de hombres. Los privados estaban todos cerrados por lo que deduje que estarían ocupados, en los mingitorios había un señor de pelo canoso, con una camisa blanca y unos vaqueros. Así que me coloque en otro de los mingitorios, desabotone mi pantalón, saque mi polla medio morcillona y me puse a orinar.

Me percaté que el señor de al lado ya no estaba  orinando, y que disimuladamente  giraba un poco su cabeza para poder verme con el rabillo del ojo.
Me encantaba sentirme observado, así que cuando termine de mear, me deleite en sacudirla un poco para que mi vecino disfrutase de la vista.
Discretamente le di una ojeada al señor, me gusta enseñar pero también ver , y lo que vi me dejo trastornado.

Tenía una verga enorme, como de unos 23 cm., gorda, venosa y sin circundar. La sostenía firmemente con una mano y se daba pequeños jaloncitos en la verga que ya se notaba con una buena erección.
Mi polla dio un respingo al instante, la vision de esa verga me puso caliente al instante, y la mía se fue hinchando poco a poco.

El  se separo un poco del mingitorio permitiéndome ver mejor  su verga.y los gordos cojones que también asomaban por su bragueta. Los dos empezamos a pajearnos lentamente, permitiendo al otro ver como lo hacíamos. El hizo un movimiento de cabeza  como invitándome a acercarme , lo cual no dude un momento.
Me puse frente a el, le cogí la enorme verga y empecé a masturbarlo ligeramente, mirándole a los ojos mientras lo hacía y sobando sus pelotas, hinchadas y peludas. El comenzó a comerme la boca con lujuria, me besaba mientras con ambas manos me sobaba  las nalgas.

Me estaba poniendo tan cachondo que me puse de rodillas y me dispuse a hacerle una mamada. Le di unas pequeñas lamidas su glande que ya estaba goteando y tras saborear su precum comencé a chupársela con ansias, su polla era gorda y palpitaba entre mis manos, notaba la mitad metida en mi garganta, por más que traté solo me pude meter la mitad.

El gemía con cada una de mis lamidas, y empujaba sus caderas para intentar meterla un poco mas. Yo de rodillas comencé a masturbarme, la situación me estaba poniendo a mil.
Yo seguía disfrutando de esa magnifica polla, cuando escuche la puerta de baños, mi primera reacción fue intentar levantarme y disimular, aunque tener los pantalones por los tobillos no iba  a normalizar la situación.
Pero el tío al que se la estaba chupando, ni siquiera me dejo sacarme la polla de la boca, me agarro fuerte de la cabeza y siguió empujando.

- Epaaa- grito quien entro en el baño.
Yo estaba un poco asustado por cual podía ser la reacción de la persona que había entrado, aunque el tío que me follaba la boca cada vez lo hacia mas fuerte. Creo que la entrada del nuevo individuo le ponía aun mas cachondo. Y apretaba cada vez mas en cada embestida.

Nada mejor que pegar una buena mamada al costado de la
ruta, siempre hay camioneros, cachondos que prestan sus
pollas para que uno pueda ordeñarlos hasta el final...
Solo podía ver de reojo al nuevo, pero estaba claro que no le molestaba lo que veía, porque se había apoyado contra la pared y se sobaba la polla sobre el pantalón.
Eso me dejo mas tranquilo, así que me dedique a seguir chupando la polla con la que estaba y volví a pajearme mi polla que estaba completamente dura.
-Acercate, no sabes como la chupa este putito- dijo el de pelo blanco
-Ya veo que esta bien enseñado- dijo el otro.
Este se acerco un poco y por fin pude verlo. Debía tener unos 35 años, barba de dos días y un poco de barriga, se le notaba rudo y estaba deseando verle la polla.

No se hizo esperar, llevaba un mameluco que se bajo de inmediato hasta las rodillas, unos calzoncillos viejos y desgastados contenían una buena polla, y unos buenos huevos que debían ser peludos porque sus ingles estaban bien cubiertas de pelo negro.
El otro tío, me cogió fuerte del pelo y me apretó la cabeza contra el paquete de este.
- Vamos putita, chupasela bien a nuestro amigo. No ves como tiene la pija dura o que?- me grito mientras con la otra mano apartaba los calzoncillos de su compañero, dejando al aire una polla gorda, aun no del todo dura pero que prometía un buen tamaño.

Yo me lance a comerme esta nueva polla, mientras ellos se dedicaban a sobarse los cojones.
Cuando la polla estuvo completamente dura, alcanzando unos 20 cm, la saque de la boca para coger un poco de aire, y pude ver como entre ellos se morreaban y se apretaban las tetas y los músculos.

Cogí las dos pollas, una con cada mano y las junte, frotaba sus glandes e intentaba meterme los dos a la vez en la boca, lubricandolos con mi saliva. Ellos seguían jugando entre ellos y yo mamando sus enormes vergas.
Las alternaba, y devoraba. Las juntaba, estaba disfrutando de dos buenas pollas. Cuando me metía una el otro marcaba el ritmo de la mamada empujando con su mano en mi cabeza.

El de pelo blanco gemía fuerte con cada lamida que le aplicaba en el glande, y empezó a gritar que se quería correr en mi boca. El otro me agarro la cabeza, inmovilizándome, y con dos dedos abrió mi boca.
El de pelo blanco comenzo a pajearse frente a mi, mientras el otro jaleaba y yo miraba con cara de vicio esperando mi ración de leche, jugando con mi lengua en mis labios. De pronto se empezó a tensar y chorros de leche caliente saltaron en mi cara, y en mi boca. Yo empecé a degustar su semen mientras este recogía con su glande el semen esparcido por mi cara y llevaba de nuevo su polla embadurnada de leche a mi boca, mientras el otro tío se coloco frente a mi y también comenzó a pajearse, cuando vio que ya se iba a correr aparto al otro y metió toda su polla de golpe en mi boca, llanándome la boca con su corrida, tres o cuatro chorros de leche caliente que fueron directos a mi garganta. Yo lleve mi mano a mi polla que a esas alturas estaba a punto de estallar y mientras uno seguía follándome la garganta y el otro apretaba mis pezones me corrí llenándome el pecho de leche entre espasmos y gemidos.
- Acabaste, man!- dijo el de pelo blanco, acercándose a mi boca y recogiendo parte de la corrida que el otro había depositado en mi boca.
-Y tanto, menuda mamada... hacia tiempo que no me corría así-
Yo aun de rodillas, los miraba con satisfecho.
Mientras se vestían, yo me limpiaba los restos de semen. Pensé que saldrían pero, se quedaron esperando.
- ¿Tomamos una cerveza?- dijo el de pelo blanco
- Claro- respondió el otro
Yo estaba un poco sorprendido pero asentí con la cabeza.
-Y si quieres después te "garchamos" un poco, que seguro estas deseando- dijo el joven
Yo solo sonreí y salí del baño...