FALSE

Page Nav

HIDE

HIDE

HIDE

Grid

GRID_STYLE
TRUE

Top Ad

//

Últimas novedades

latest

Mano va, mano viene, los muchachos se entretienen | Un relato de heteros curiosos

Con unos amigos decidimos ir a pasar el finde al campo de uno de ellos, era invierno, bastante frío aunque no se iba a sentir por el fuego d...

Con unos amigos decidimos ir a pasar el finde al campo de uno de ellos, era invierno, bastante frío aunque no se iba a sentir por el fuego del asado, la amistad y el alcohol de aquella noche.


Ya después de unos fernets,  hablando de la vida como en todo asado con un amigo, empezamos a hablar del gimnasio y él me preguntaba cuántos días iba, rutinas etc (considero tener un buen físico, marcado buenas piernas, buenos glúteos, hombros y brazos) que pin que pan mí amigo le agarró la curiosidad, y ya saben todos nos ponemos cariñosos y toquetones con un poco de alcohol encima, me pregunta si me puede palpar la nalga para ver el resultado, propuesta que accedo, porque entre heteros que son amigos darse una nalgada o pellizco en la retaguardia es algo normal; entonces mí amigo (en ese momento de novio)  me pega una orteada más o menos, que me dejó sorprendido, pensé será el alcohol. Y durante la noche 2 o 3 veces más me nalgueaba y en una le digo en tono de broma:
- pareciera que te gustó jajaja
- esas nalgas son bellas!!

bicuriosos, heteroflexibles chongos hombres sexualidad psicologiaYo pensé que era una broma y nada más. 

Entrada la madrugada en medio del campo estábamos todos tomando junto a una estufa a leña, nos turnábamos de a dos para ir a buscar leña en la parte de atrás de la casa, y en un momento me toca ir, con mí amigo toquetón...
En eso que llegamos a donde estaba el acopio de leña comienzo a buscar troncos, donde sólo nos alumbraban las pocas luces que llegaban de la casa. Entre la vislumbre él me empieza a tocar por atrás, y al principio me dio gracia, hasta que llegó a mí bulto, un sentimiento de sorpresa y pavor, a que era la primera ( y fue  la única) vez que me sucedía esto primero me envolvió pero un instante después empecé a sentirlo placentero y lo dejé; me abre la bragueta y me saca la pija que ya estaba erecta y empieza a pajearme, él hace lo mismo con la suya y yo la agarro, nos empezamos a pajear, sin entender muy bien lo que estaba sucediendo ambos estábamos de frente muy cercanos, sentía su aliento en mi cara, empezamos un diálogo entre sexual y cómico:
- No puede ser la pija que tenés, enorme! - me decía él (siempre considere que tenía un miembro lindo, pero no esperaba ese piropo)
- Y vos, me imaginaba que la ibas a tener más grande!!! - Le dije para mí decepción, él siendo más alto y corpulento que yo tenía una pija finita y corta, algo patético para su estatura, me esperaba algo bastante más grande.

Estuvimos en ese trance de lujuria como 5 minutos, que parecieron muchos más, pajeándonos, acariciándonos los huevos y sin hablar, el corazón me latía a mil y tenía una excitación que no podía más, hasta que desde la casa abrieron la puerta y nos detuvimos. Silencio. Enfundados las armas, y aquí no ha pasado nada. Juntamos leña y enfilamos a la casa.
- Esto no le decimos a nadie ¿quedó claro? 
- obvio, no nos vamos a quemar de esta manera.
Esas dos líneas antes de llegar a la galería.

La noche pasaba y nos comíamos con la mirada, aunque dentro mío tenía un sentimiento de culpa pero se sintió rico.
En un momento él me manda un mensaje:
- vamos de nuevo.
- aguantá un rato más y vamos. Respondí

Esperamos a que los otros estuvieran más embriagados y le decimos que salíamos a caminar a dar una vuelta, ninguno nos quiso acompañar, para nuestra suerte.
Salimos y ya a unos 50 metros, bajo unos árboles empezamos a pajeparnos de nuevo, esta vez con más vehemencia. Él me bajó los pantalones. Empezó me amasaba las nalgas y jugaba con su dedo anular en mi ano, esto me excitaba muchísimo, mientras yo sólo lo pajeaba y jugaba con sus huevos:
- Que rico orto tenés, te gusta esto? Me dice él mientras me orteaba y con su anular hacia círculos en la puerta de mí orto.
- Me encanta - le dije.



En ese momento mí amigo me empieza a chupar la pija, al principio fue un poco brusco, pero después parecía todo un profesional, su lengua subía y bajaba por todo mí pene duro como un garrote luego me chupó los huevos, todo esto mientras me hacía caricias en el asterisco. Se sintió tan rico, pienso en eso y me empieza a chorrear el precum. Extasiado de placer yo estaba en otra dimensión.

Todo eso paró cuando escuchamos unos ruidos, creímos que era algunos de los chicos y enfundamos todo en su lugar. Volvimos a la casa y seguimos ahí adentro.
Paso la noche e hice como si no pasaba nada, al otro día tuve mucha culpa, porque mí amigo estaba de novio y su novia era mí amiga. Al tiempo de esto hablamos de lo ocurrido, el me dijo que la pasó bien y lo volvería a hacer yo le dije que me había gustado, pero prefería no repetir el encuentro. Aunque ahora, ya con más curiosidad, si me propone a hacer una juntada pajera, accedería. 
El blog está buenísimo, quería compartir mí experiencia, les haya gustado.

Hernán.