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Soy positivo. Mi experiencia HIV

En primera persona Por José |  Estuve leyendo esta nota y les quiero contar que soy portador desde diciembre, siempre me he hecho los análi...

En primera persona


Por José | Estuve leyendo esta nota y les quiero contar que soy portador desde diciembre, siempre me he hecho los análisis y me he cuidado, nunca supe de donde pudo haber venido (supongo que fue la última vez que me enamoré y por idiota no me cuide).


En Fin, recuerdo patente que mi ya hablé con un infectologo por unos ganglios que se me habían inflamado, me dijo que no si mis resultados de noviembre eran NO REACTIVO, debía ser otra cosa, ya que otros síntomas no tenía.
El 1 de diciembre, en plena campaña de la lucha contra el VIH/SIDA, que él la llevaba a cabo, me vuelo a hacer el test para demostrar al público que no hay nada que temer.
Grande fue mi sorpresa al ir a retirar mis análisis, no estaban en el laboratorio. Todos los análisis se los llevo él!!!
Ahí, en ese momento me puse tenso. ALGO MAL ESTABA OCURRIENDO !!!!
Una gota gorda rodo por mi frente cuando golpeó su consultorio, abre y me dice “tenemos que hablar”. Vení, pasa. Ya vengo. Quedé sólo por 3 minutos, los mas largos, pesados y dolorosos de mi vida. Cuando entra, lo miro, con una cascada incontrolable de lágrimas brotando de mis ojos y le digo “ya se, no me digas nada. Soy portador”, me miró fijo y me dijo “se hizo 2 veces el test y ambos dieron positivo. Ahora hay que hacer el Western Blood”. Me senté y seguía llorando, MI VIDA HABÍA TERMINADO A LOS 29 AÑOS RECIÉN CUMPLIDOS!!! Me quería morir, quería salir corriendo no se a donde, a buscar al responsable, cuando el responsable estaba ahí, en el consultorio, sentado llorando.
Pasé mi mano por mis mejillas, intentó calmarme y le pregunto, y ¿ahora que. Qué me queda?… silencio, agacha su cabeza y vuelve a mirarme y creo que me dijo lo primero que se le vino a la cabeza. “HAY QUE SER POSITIVOS”, justo agachaba la cabeza cuando empezaba a hablar y la levanto cuando terminó su frase, le miro con sinismo y le digo: “más de los que ya soy? No te parece suficiente positividad?” Y nos reímos. Hoy es mi infectólogo, tengo buena relación con él.

Empecé el tratamiento y tengo problemas de cualquier cosa menos relacionados al VIH.

No terminó mi vida, sólo cambió.