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Panadero II. Mamada desesperada y el glaseado de mi cara.

Por Mr. Brightside |  Madrugada de sábado. Estaba con muchas ganas de hacer algo, pero por acá nunca pinta nada. Y tampoco me daba para ir a...

Por Mr. Brightside | Madrugada de sábado. Estaba con muchas ganas de hacer algo, pero por acá nunca pinta nada. Y tampoco me daba para ir a otro lado a buscar acción. Pensé que podía salir a la calle y ver si de casualidad se daba algo con algun transeúnte. Muchas veces con un par de miradas algún chongo cae. Salí a la vereda y me puse a esperar... La verdad, la noche por la vereda de mi casa (en una avenida) estaba como el barrio siempre: MUERTA. 
No pasaba ni el loro. Ni la estación de Metrobus tenía gente esperando. Supuse que la situación no mejoraría, pero decidí darme un par de minutos al menos a que pase el Metrobus, tal vez se baja alguno... En eso veo que aparece alguien ya conocido: el panadero al que le comí la chota hace un par de semanas. Ya me lo había cruzado hacia unas noches atrás y ni bola, así que, si bien le clavé la mirada como para que se de cuenta que no tenía ninguna problema en reincidir, y a pesar de que el esta vez me devolvió la mirada, el tipo se metió a la panadería sin hacerme ninguna seña de que lo siga ni se manoteo la chota ni nada. Pero mi instinto decía "aguanta un toque. si en 5 no vuelve a salir, ya fue". Y no pasaron ni 2 minutos para que, efectivamente, vuelva a abrir la puerta. Se quedo ahí. Justo estaba pasando una parejita por la vereda. Me imagine que no daba levantar la perdiz, pero de todos modos me hice ver, para que se de cuenta que andaba en busqueda de algo. Apenas la parejita se alejo, yo me acerque a la puerta, que estaba entreabierta. El estaba esperando adentro. Cuando me ve me hace pasar de una. Al cerrar la puerta me dice "te va chupar la pija?". "Sabes que si", le contesto, mientras empiezo a desabrocharle el cinto... Ahí nomas, en la puerta, escuchando como pasaba la gente del otro lado, le empecé a comer la chota, con todas las ganas del mundo. Me la hundía cada tanto. No tardo nada en ponerse durísimo. Se la mamaba desesperado, como si fuera mi primer pija en años. Mientras le acariciaba los huevos. "Chupamelos", me pide. Me los metí en la boca, y el levantaba la pierna, para que le meta lengua en el perineo. Me cacheteaba, con la mano y con la chota. Me pidió la cola, pero yo de estúpido salí sin forros. Se lo dije. El tampoco tenía. "Parate", me pide. Me empieza a pajear, y yo a el. De repente me da vuelta. La verdad no quería hacerlo a pelo (además no estaba seguro como saldría de ahí adentro), pero no me dio mucho tiempo para pensar. En apenas segundos, me dio vuelta, me mando saliva al hoyo, apunto la cabeza y ADENTRO, DE GOLPE! El impacto dolió, MUCHO!... Pero así como me la mando a fondo, me la saco, y me pidió que se la vuelva a chupar. Estaba impecable. Se la empecé a chupar desesperado, como antes. "Despacito, solo la cabeza, pasale la lengua... disfrutala"... Yo la estaba RE disfrutando, pero igual accedí a sus pedidos, quería que el también lo disfrute. Que la próxima vez que nos veamos, no dude un segundo en volver a hacerme pasar. "Pajeate", me pide, y el con una mano me hace mi cabeza hacia atrás y empieza a pajearse también. Ya sabia lo que se venia. Tal cual la primera vez que me dio pija. La verdad que con la embestida que me dio por el orto, a pesar de que dolió, me dejo con ganas de que me llene el ojete. Me pare y le ofrecí el culo, pero me dijo que no, volviéndome a arrodillar ante el. Trataba de alcanzar su pija aunque sea con la lengua. Por momentos me dejaba lamérsela, pero me la sacaba de mi alcance y se pajeaba con más fuerza. Me voltea la cabeza de costado, y sin ningún tipo de aviso empecé a sentir como me cubría de lechazos toda la mejilla, la barba, la oreja... Yo acabe de toque también. De nuevo, no me dio ni tiempo a recuperarme. Se subió los lompas, se acomodo un toque, y así, todo enlechado (nunca me dio algo para limpiarme ni me hizo pasar al baño) me saco a la calle... Menos mal que vivo al lado! Y que no pasaba ni el loro en ese momento. Sino me hubieran visto con media jeta empapada en leche, contrastando con el negro de mi barba...