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Me encontró oliendo sus calzones!

Mi prima viene de pasada por Buenos Aires con la flia. su marido y sus dos hijos. Me avisa que pararan en mi casa para quedarse unos días ...

Mi prima viene de pasada por Buenos Aires con la flia. su marido y sus dos hijos. Me avisa que pararan en mi casa para quedarse unos días en Capital. Hasta ahí todo bien.
Por fin llegan nos abrazamos nos ponemos al día, comemos y a dormir porque sobre todo su marido Ricardo esta muerto por manejar desde Rio Hondo (las termas) hasta Buenos Aires... y van a seguir a la costa para luego volverse a Mendoza.

Ricardo es un cincuentón en muy buena forma, con un carácter carismático y está más bueno que comer pollo con la mano! Se por mi prima que en la cama es un fuego y que por los dichos de ella: "se ocupa de que la pase muy bien" El muchacho es un caballero. Realmente un tipo de 10.

Yo tengo que seguir con mi vida cotidiana pero pongo mi casa al servicio de ellos y se van recorrer la ciudad, yo al laburo. En la noche mi prima me dice que al otro día se levantarían temprano para pasar por un Lave Rap y seguir camino a Tigre. Le digo que si es por la ropa que la deje, que yo tengo lavadora y secadora que me ofrecía a lavarla, al final la ropa no era tanta, era solo la que habían usado en el viaje.
Cuando se están por ir, Ricardo pasa por el lavadero y me dice te dejo (un bóxer y unas medias) esto que me saque recién antes de la ducha, ¡cuidado que es material radioactivo, ni lo huelas!
Nos reímos y hablamos de lo linda que estaba la casa y esas cosas.
Ellos se apresuraban para salir y yo para bañarme.

Una vez que se fueron y la casa quedo en soledad, yo en bolas tuve una idea y fue oler los calzones de este tipo que para que negarlo, me calienta pero no está disponible para mi. Recordaba que la noche anterior en un restaurant al que fuimos, Ricky me dió su campera porque yo tenía frio, en cuanto sentí su olor una mezcla de cigarrillos, su perfume y ese olor a hombre que tiene siempre se me paro la chota mal. Me quedé sentado por verguenza. Tenerlo cerca me pone muy nervioso, entro en un estado de tensión y excitación que es nuevo para mi.
El lavarropas seguía funcionando y yo agarré su boxer del lavadero y empecé a olerlo yendo al baño, un olor a bolas exquisito queria ese olor en mi boca por siempre... Toda su intimidad estaba en mi cara y me empezaba a pajear porque tenia la pija convertida en roca. De pronto escucho unos pasos y a Ricardo diciendo/puteando porque se había olvidado unos documentos. No lo había oido entrar!

Deseoso de mear abre la puerta del baño y me pesco con su calzón en mi cara, yo en bolas y al palo, -te estás portando mal? -se limitó a preguntar mientras con la chota afuera meaba y me miraba sonriendo.

Notó que el boxer era el de él y volvió a decir: ¡pero papu si me queres sentir los huevos y la pija no te quedes con el calzón veni acá! Cortando el chorro de su meada me metió la pija a medio parar en mi boca y me dijo: "hace lo que quieras".

Era un ternero mamón al que no podían destetar, su sabor a pija, el olor de sus huevos, el sabor de su meo, el tamaño y la forma hermosa, la cabeza roja y grande todo era nuevo para mi y no me producía ninguna culpa estar ahí arrodillado, me daba miedo por si venía alguien más pero me tranquilizó diciendo que la flia estaba comprado algo abajo y que se reunirían en el garage.

Me pidió que me parara y que le mostrara el orto. Con sus dedos ensalibados recorrió todo mi ano, diciendo: antes de irme me lo tenes que entregar, te quiero meter esta barra de carne ahí dentro, te animás? Esas cosas me calientan a mil. Me volvió a hacer arrodillar, se la chupe un rato más y me dijo: Santi, tengo la leche en la punta de la pija y un dolor de huevos padre, cuando vos digas te la tomás...

Así fue, se la chupe desenfrenadamente y toda su espesa guasca se escurrió en mi garganta, muchos borbotones de leche dulzona, más leche y este comentario revelador: "Insisto en que los chicos la chupan mucho mejor que una mina. Gracias! (me palmeaba mi cabeza, mientras la sostenía apretada hacia él)"
Con su pija en mi boca esperó a que yo acabara, me hizo abrir la boca para ver si me había tragado su guasca, y me dio un beso.
Ahora me voy pero cuando quedemos solos te cojo. Hace mil que tengo ganas de hacerte el orto... -dijo-
Me dio otro beso y salio.
Ahora escribo estas lineas con el sabor de su leche y su chota caliente, sin culpas y esperando ese momento.

Santiago