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Me pasó en Chacarita...

Yo soy un fanático de este blog porque desde siempre he sentido curiosidad por lo que sucede en los baños de estaciones, parques, uni...

Yo soy un fanático de este blog porque desde siempre he sentido curiosidad por lo que sucede en los baños de estaciones, parques, universidades o cualquier sitio público, por eso un día decidí buscar algo relacionado con sexo en sitios públicos o baños públicos y conseguí este blog, son muchas las datas que he recogido acá, pero rara vez he ido a algún sitio pues últimamente me interesan teteras semi publicas, como teteras de ciertos restaurantes y bares, de la facultades de ciertas universidades y cosas por el estilo, menos gente y menos histeriqueo, la gente que vos consigues en esos sitios, si anda en lo mismo que vos, no tienen drama y van directo a lo que todos queremos: coger, chupar, pajear. Solo una tetera me dio curiosidad, el Cementerio de Chacarita, por eso me decidí a ir para conocerlo y ver que onda.

Confieso que no me gustan los cementerios, hay algo morboso en la contemplación de los monumentos y la lectura de los epitafios, pero por pasar un buen momento pensé que valía la pena. Decidí ir un viernes, en la tarde tipo 15 horas, pues según mis cálculos, habría poca gente y con la cercanía del fin de semana, muchos de los chavones que trabajan allí estarían dispuestos a pasar un buen rato con el primero que se lo propusiera. Yo soy un pibe de unos 37 años, alto, blanco, buen lomo, buena cola y muy buena pija, que me gusta coger o que me cojan obreros rústicos de buena pinta, fornidos, no me importan sin son criollos o extranjeros siempre que tengan buena pinta, ¿Por qué?

Porque los mejores lances los he tenido con tipos así, te cogen a morir y cuando los coges reciben pija como si no fuera con ellos, me recalienta verlos llevar pija y no decir nada, es como cogerse a un militar o policía, le das pija y ellos se quedan tan tranquilo como si el que estuviera llevando pija fuera otro y no ellos. Imagino que eso es un mecanismo que tiene todo macho para no volverse loco cuando lo cogen y seguir siendo macho delante del que lo coge. Lo cierto es que me llegué al cementerio. Impresionado por lo grande que es y porque a esa hora había poca gente, hice muchos de los recorridos que aquí en el blog aparecieron, pero lo que más me llamó la atención fue la zona de los mausoleos, porque mientras deambulaba, noté que en muchos de esos sitios se esconden los obreros para descansar o no trabajar.

Así que me dirigí hacia los mausoleos y comencé a caminar entre esa ciudadela de muertos buscando la chance, en eso, al pasar por uno, me encuentro con un chavón de unos 35, morocho, fornido y muy buena pinta. Se me cortó la respiración, pensando en lo que pronto íbamos hacer. Este me vio e inmediatamente me preguntó si buscaba algo, le respondí que no buscaba nada en particular, que estaba viendo las tumbas; le pregunté si trabajaba allí en esa zona y cual a su entender eran los mausoleos más interesantes,  respondió que dependía de lo que quisiera ver, que había unos en los que prácticamente se podía vivir de lo grande y cómodos que eran y que eran los que a veces usaban ellos para dormir la siesta o estar un rato conversando con algún conocido sin que el supervisor moleste.

Cuando me dijo eso me encendí, mi pija se puso a millón y el pibe se dio cuenta, pero no dijo nada, entonces le pregunté que si me podía mostrar alguno de esos mausoleos tan cómodos y, mirando para todos lados, me dijo que le siguiera, caminamos por la calle principal de la zona de los mausoleos y cruzamos a la izquierda, como si buscáramos la entrada principal. En efecto allí estaba lo que parece una pequeña iglesia con vitrales y todo, el me indicó, siempre viendo para todos lados, que entráramos para que viera. Entramos y el estaba completamente al palo, de una le manotee la pija y el me agarró el culo mientras nos besábamos como locos, el loco besaba de diez. Le abrí el lompa y saque una verga hermosísima, derecha, hacia arriba, gruesa y de unos 20 cm, rematada con una hermosa cabeza rosada y una base de pelo negro, sin cuidar ni afeitar. Me tragué aquel animal hasta que se me salieron las lágrimas, mientras le agarraba el culo, redondito y le metía mano en el orto.

Estuve como diez minutos adorando aquella verga, después el se despegó y me desnudó completamente, me chupó la verga como loco mientras jugaba con mi orto con aquellas fuertes manotas. Yo al palo, tenía miedo de acabar, pero el muy guarro, me volteó y comenzó a puertearme. Por supuesto que yo iba preparado con todo, condones y lubricante, hasta servilletas para limpiarme y allí en ese sitio este obrero, Julián, me dio una de las mejores cogidas que me han dado en mi vida. Casi que me desgarró ese orto de lo duro que me cogió. Nos desnudamos y estuvimos cerca de una media hora o más cogiendo como locos.

El pibe de unos 35 años, me contó que siempre cogía ahí y que cuando quisiera lo fuera a buscar. Terminamos, incluso nos lavamos pues dentro el sitio hay una canilla para el agua de las flores y para lavar el mausoleo y nos despedimos. Me acompaño hasta el borde de la zona y me dijo que lo buscara cuando quisiera pasarla bien, que él siempre estaba dispuesto. Llegué a mi casa temblando aun de excitación y durante la semana me clave sendas pajas pensando en este pibe. La semana que siguió lo fui a buscar, recorrí toda la zona y no lo encontré, de hecho encontré a otros, solos o en grupos pero no estaba Julián. Seguramente tenía el día libre, pensé, por lo que regresé varias veces seguidas y nada.

Este último viernes que pasó fui nuevamente y como no lo encontré pregunté al grupo, si por casualidad no conocían a Julián, que lo estaba buscando porque me lo habían recomendado para unos trabajos, los obreros extrañados me dijeron que no conocían ningún Julián y que seguramente ese no era el nombre, por lo que se los describí, ellos se miraron entre si y un señor mayor, como de unos 70 me preguntó que de dónde lo conocía, le dije que de allí mismo el me dijo que el único Julián que conocía era un pibe que había trabajado allí hacia más de 18 años y que se suicidó por problemas con la pareja.

Le dije que no podía ser el mismo, que yo había hablado con él días atrás y él me dijo, acompáñeme para mostrarle. El señor me llevó fuera de la zona, hacia los nichos y me mostró, para mi espanto y horror, el nicho, con una foto pegada, del obrero que me había cogido días atrás: Julián Garrido, 1963-1995. Nicho 1570.

Juan