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Un buen coito con una buena pasiva.

Su boca vuelve a mi culo y empieza una larga sesión de cogida con la lengua, poco a poco estoy abierto para lo que venga... Tardes calu...

Su boca vuelve a mi culo y empieza una larga sesión de cogida
con la lengua, poco a poco estoy abierto para lo que venga...
Tardes calurosas en mi estudio, soy arquitecto, me conecto por Manhunt  y me llama la atención un flaco que aunque fachero, no hace incapié en su belleza y su juventud, ni en las medidas de su pija, me gusta su mirada y tiene 30. 

Empieza a chatear conmigo a preguntarme que me gusta y por donde estoy, no le doy muchas chances porque el vive en la Provincia de Santa Cruz, pero me dice que se encuentra en Buenos Aires de vacaciones, en Soldati, que para mi era provincia y no... es Capital.

Me informa de sus gustos, que es solo activo, que le encanta chupar culos, que le encanta que se la mamen pero que de entrada por la calentura es de acabar rápido, pero con tiempo, se recupera y vuelve al ruedo.
Noto que me voy calentando con la forma que tiene de expresarse, no soy de dar celulares ni intercambiar, me pasa directamente su celular, tiene una forma de ser muy franca, me dice que aparte de coger busca alguien con quien hablar que la ciudad le parece agresiva, nada que ver con la vida patagónica.
Suelto mi celu casi espontáneamente, me dice que si tengo lugar puede estar en una hora, le digo que si -casi sin pensarlo. Con tanta previa salgo directo a lavarme el culo.

Me avisa que está cerca, que está llegando, sorpresivamente toca mi puerta, el estudio está en un piso once, abro y el está ahí. Es muy lindo, tiene una mirada penetrante y una barba candado que con el correr del tiempo iba a darme mucho placer. Cuando entra me mira fijo y me estampa un beso en la boca, (me había anticipado que era apasionado).

Nos besamos, nos fuimos sacando la ropa, nuestros cuerpos se rozaban por todos lados, los cinturones se iban abriendo y las ropas cayendo. Cuando estábamos desnudos me invita a ponerme en posición.

Besándome, me pone en cuatro sobre un sillón y empieza a escupirme el orto y a chuparlo, su barba se rosaba con mi piel, no le importó que no estuviera depilado, me decía que tengo un orto hermoso, a pesar que los años y el uso se notan...

Me escupe, me chupa, me empieza a meter un dedo, gimo y para que no desespere, me pone su pija a la altura de mi cara mientras mamo como un ternero. Frases como: "putita mamá" o "prendete bien a fondo" salen de su boca y yo hiervo.
Me dice que no me vuelva loco, que vaya tranqui y aquí el dato curioso: "que no respiro bien".
"Respirar bien te va ayudar a lo que sigue". Inhalo cuando entran sus dedos y exhalo cuando salen, entro en una cadencia erotizante que me pone a full, mientras me repite:  "bien papi", la vas a pasar lindo.
Mis pasivas siempre son reinas. 

Sorpresivamente empieza a acabar, es una catarata de semen que sale de su pija, lo hace en su mano y me dice que no desespere, va al baño, se enjuaga y su boca vuelve  a mi culo y empieza una larga sesión de cogida con la lengua, poco a poco estoy abierto para lo que venga, los dedos se han multiplicado y entran de a tres, me dice que estábamos cerca, de pasar a otra etapa, se sigue preocupando por como respiro y yo me siento muy bien!

Soy de sufrir las penetraciones cuando la cosa va a los apurones en lugares públicos o boliches, pero acá iba a entrar en una nueva fase.
Sin que mediara palabra, el acomodado detrás mio, pasa de mi culo a besarme, mientras me pide que le ponga el forro con la boca -lo hago dedicadamente.

Me sigue besando y el olor a sexo que había en la habitación también me excita y seguimos ya embarcados hacia no se donde, ni me importa. Tampoco me importa que diga: "me encanta chuparle el culo y cogerme maduros". Si de alguna manera la madures me había llevado a pasar por esta experiencia, bienvenido los treintañeros con la mente abierta! Todos los miedos por como sería, la adrenalina del encuentro, todo se había dado, para estar ahí disfrutando.

Tiene una pija hermosa, nada cabezona, turgente, con una piel delicada, que se agranda hacia los huevos, sin mediar palabra empieza a penetrarme mientras me besa y me propone que me vaya sentando sin perder el ritmo de la respiración -noto que el método funciona!
Ya la tengo toda adentro y nos quedamos abrazados un momento.

Ese abrazo que era la calma, predecía lo que vendría después, la tormenta. Me empieza a cabalgar como si me domara, dándome chirlos en las nalgas, me excito tanto que tengo que decirle que si sigue puedo acabar y se calma, pero me tiene trabado con su pija adentro, siento sus huevos.

Arremete de una vez y me dice que siga, que acabemos juntos. Explotamos en gemidos y quejas, besos en mi oreja, bufidos y resoplidos, los cuerpos pegajosos se retorcían y gozaban, fue un impasse en el tiempo.
Nos quedamos juntos abrazados mientras me confiesa que espera tenerme para culear seguido hasta que se vaya, por la conexión que hubo, que define como un buen coito con una buena pasiva y porque no le gusta buscar en internet, lo agota...

Escribo esto con el olor de su sexo, del mio, del nuestro, en las manos y mi cuerpo.
Seguramente me tendrá, porque no será un touch & go, son sesiones de sexo con una buena pasiva de 43 años.

Claudio L