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Incesto: hermanastros, amantes y bóxers.

Por Bauti Blanc | Corría el 2008. Mi hermanastro Christian (23 años), terminó el secundario y decidió que no iría a la Universidad. ...

Por Bauti Blanc | Corría el 2008. Mi hermanastro Christian (23 años), terminó el secundario y decidió que no iría a la Universidad. Esta decisión enfureció a su padre, tuvieron una pelea muy fuerte y se fue de la casa. Me pidió quedarse un par de semanas hasta que su amigo terminase de juntar algo de plata para empezar la vida de mochilero. Se irían de viaje. La verdad que disfrutaba mucho mi soledad. Hacia poco que estaba viviendo solo, y me molestaba la idea de compartir mi departamento, pero no podía dejarlo sin techo. Puse mi mejor cara y le dí la bienvenida, esperando que solo sea cosa de unos días y volviera a la casa del padre.


Una de las cosas que más disfrutaba de vivir solo era andar en bolas, a veces usaba bóxers Por culpa de mi “hermano” empecé a usar short y taparme más por que me daba vergüenza.

Al cuarto día de que mi hermano llegó junté toda la ropa sucia y la llevé al lavarropas que tengo, mientras separaba las prendas, me dí cuenta que una de mis bóxers estaba lleno de leche seca, al principio no me dí cuenta pero luego de olerlo me dí cuenta que mi hermano se había pajeado y se limpió con mi bóxer.

Analizando mejor la situación entendí que no lo usaba para limpiarse, si no que eyaculaba sobre el bóxer. En ese momento solo pensaba en lo pajero que es mi hermano, aunque me resultaba extraño que se haga la paja y acabe en mis bóxer siendo heterosexual hasta donde yo supe siempre.


Por ejemplo después de cenar mirábamos la televisión en un sillón, cuando me levantaba a buscar algo podía ver por el reflejo de la TV que me miraba el culo, o como aprovechaba para abrazarme cada vez que podía o apoyar su cabeza en mis muslos mientras mirábamos una película, antes creía que era algo normal pero sumada a otras situaciones entendí que mi hermano estaba caliente conmigo. No sabía como reaccionar, recuerdo que esa noche lo saludé distantemente y me fui a mi cuarto. No dormí en toda la noche. Cada vez que pensaba, recordaba situaciones en las que mi hermano me trataba, miraba o me pajeaba de una formal sexual más que de hermanos que se quieren. Esa misma noche, escuche a Christian yendo al baño, estuvo un buen rato y salió sin tocar el botón de descarga del inodoro. Cuando salió, esperé unos cuantos minutos y fui al baño, busque en el cesto de ropa sucia y agarré uno de mis bóxer y estaba limpio, el segundo que saqué estaba lleno de leche de él. No sé como explicarlo pero me produjo mucho morbo ver su leche fresca sobre mi bóxer en ese momento, hasta el olor me parecía delicioso.

Mi cabeza estaba muy confundida, pero por algún motivo estaba muy excitado con la situación. Me senté en el inodoro, pase los dedos del medio y el índice de mi mano derecha y saque la lechita y la probé, en mi mano izquierda sostenía mi bóxer sucio y me la acerqué a mi boca y lamí los restos de lechona que mi hermano había dejado, el olor me enloquecía, nunca me había gustado el olor a semen, ni siquiera el semen mismo pero creo que el morbo era mas fuerte, no para de lamer mi bóxer, me lo metí en mi boca y mordiendo el bóxer me hice la mejor paja de mis años. Me limpié y me recosté. Al rato tuve que masturbarme de nuevo pensando en mi hermano, pero esta vez en la cama. Pensé mucho sobre que me estaba pasando, y no lo entendía. Si bien mi hermano es un chico muy lindo, es delgado, ojos negros, pelo castaño oscuro, es alto, a las chicas les resulta muy atractivo, pero no es mi tipo de hombre, a mi me gustan con aspecto mas masculino, o sea todo lo contrario de Christian. La única explicación que encontré que me daba morbo que sea mi hermano.

A la mañana siguiente mientras desayunamos, le pregunté si le molestaba si solo usaba bóxer, le dije que me tapaba más para no incomodarlo por que él sabía mi orientación sexual, pero si no le incomodaba prefería estar así por comodidad. Ese día tuve que masturbarme dos veces en el trabajo pensando en él, no veía la hora de llegar a casa y estar con él. Eran cerca de las 16.00 hs cuando volví a casa, mi hermano estaba en mi cuarto escuchando música. Me desvestí todo y busqué el bóxer que mas me gustaba. Pobre Christian pensaba por dentro, me quedaba muy apretado. Cuando salí de la pieza mi hermano no pudo disimularlo. Él vivía con erecciones constantes, no veía la hora de ver su pija. En esos días las pajas se habían multiplicado, no solo mis bóxers estaban con semen, si no musculosas y shorts del gimnasio, cada vez que metía la mano en el cesto todo estaba pegajoso. Una de las noches, Christian se puso a mi lado a pajearse como hacía todas la noches. No perdí el tiempo y sin salir de la cama me acomodé de costado y agarré su pija con mi mano derecha, del susto estaba perdiendo su erección, me la puse en la boca y empecé a mamarle su pija como nunca lo había hecho nunca, me metí su chota hasta mi garganta, lo mas profundo que pude y lo metía y sacaba una y otra vez, cada tanto me daba arcadas, no era fanático de dar sexo oral, pero la situación lo ameritaba, tiene una pija delgada pero de unos buenos 17, 18 cm.


Solo pasaron unos minutos hasta que me acabó en mi boca, largo un chorro muy espeso y abundante dentro de mi boca que me hizo atragantar comencé a toser mientras él caí de rodillas al piso, aún gritando de placer. Cuando pude recuperarme le extendí mi mano y lo hice subirse a la cama, le saqué el boxer que tenía en sus tobillos y le saqué su remera, lo recosté en la cama boca arriba y me subí sobre el, sentándome sobre su cuerpo desnudo y comencé a besarle su pecho, cuello y finalmente su boca, nos besamos con la lengua muy apasionadamente. Sin parar de besarlo, tomé su pija que ya estaba a full nuevamente, le puse un preservativo y me la metí en el orto que estaba muy ardiente, gritó de placer apenas su cabeza me penetró y me la metí toda hasta el fondo, temblaba del placer al sentir la pija de mi hermano dentro mío, era demasiado morbo estaba completamente excitado como nunca en mi vida, empecé a saltar sobre el, una y otra vez, su pija entraba y salía una y otra vez tuve dos orgasmos en esa posición, Christian no paraba de eyacular dentro mío, si bien eyaculaba muy rápido, se reponía enseguida y ya tenía su pija dura dentro mío. Pensé que no tenia experiencia en el sexo anal pero me lo hizo sentir muy bien, me daba con todo, como si fuese un pibe que tenía sexo anal todos los días, pero no…y el me lo estaba reventando, gritaba mas de dolor que de placer, no quiero ni pensar que dirán mis vecinos de mí, grité como nunca, me ardía tanto por dentro, pero sus manos fuertes apretando mi cintura hundiendo mi cola contra su cuerpo me calentaba mucho, sentir sus huevos estallar contra mis nalgas era muy excitante.


Fueron pocos minutos, pero fueron intensos, sentí que empezó a gemir más fuerte y finalmente acabo, me dejé caer sobre el colchón boca abajo y mi hermano cayo sobre mí, sin sacar la pija de mi culito bien roto para ese entonces. No nos hablábamos, la verdad era que no sabía que decir y creo que el tampoco. Por dentro pensaba lo trolo que había sido, estaba ahí con la cola llena de la leche de mi hermano, algo me decía que estaba tan mal lo que habíamos hecho pero por el otro lado jamás había sentido tanto placer.