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Iniciaciones: rompiéndole el orto a un macho perfecto.

Mr. Brightside | Me empezó a escribir un tipo en uno de mis tantos perfiles de garche. Que se había abierto el perfil hacia poco, que era c...

Mr. Brightside | Me empezó a escribir un tipo en uno de mis tantos perfiles de garche. Que se había abierto el perfil hacia poco, que era casado, hetero, pero que había empezado a fantasear con estar con otro tipo. Le empecé a decir que si quería podía probar conmigo, que tengo experiencia en iniciar machos. 
Que si no pintaba hacer nada, no hacíamos nada. Que si estando en el acto de repente se arrepentía o había algo que no le cabía, podíamos cortar y no pasaba nada. Que no íbamos a hacer nada que él no quiera o no disfrute. Que lo importante es que el la pase bien, porque yo de alguna manera me las arreglo siempre para disfrutar. Fue un hilado muy fino, pero unos días después de chats, estaba camino a casa.
Estaba muy nervioso! Prácticamente temblando. Le ofrecí algo para tomar y que nos sentemos a charlar, tranqui, sin apurar ni forzar nada. Hablaba y se en entrecortaba la voz. Tremendo tipazo: alto, fornido, vestido sin lujos ni extravagancias típicas de puto, con un tono como si estuviéramos hablando de los goles del último superclásico... Le di una palmadas en la espalda, y le dije que no tenga miedo, que estaba todo bien, que no crea que porque estaba acá conmigo, tenía que pasar si o si algo, o que tenía que complacerme. Largo un fuerte resoplido, manifestándome que estaba re nervioso, que quería hacer de todo pero no se animaba ni sabía por dónde empezar, que le parecía muy lindo... Y que nunca le había dicho a otro tipo que le parecía lindo. "Ves? No pasó nada. No se cayó el mundo porque le dijeras lindo a otro tipo". Sonrió, y me agradeció que fuera tan buena onda. Rodee su cuello con uno de mis brazos y apoyé mi cabeza sobre mi pecho, diciéndole que se calme, que acá estaba a salvo... En eso una de sus manos tímidamente se desliza sobre una de mis piernas… Nos miramos frente a frente, y me pregunta "te puedo besar?". Ante mi afirmativa, poso tímidamente sus labios sobre los míos. Le respondí con lo mismo. La siguió. Tome su nuca con mi mano y empecé a besarlo con más ganas. Me empezó a meter lengua. Fue un chape largo, apasionado, a medio camino entre querer liberarse y haberse sacado un peso de encima. Su mano en mi pierna iba lentamente subiendo. Hasta que llego a mi pija, ya hecha un fierro de dura. "Ufff que dura que esta! No puedo creer que le esté tocando la pija a otro flaco!". Le agarre la mano, y se la aferre a mi chota. Me la agarro con seguridad, y me beso con más ganas que antes. Yo le acariciaba los pezones, y daba pequeño9s suspiros. Lentamente fui bajando hasta la pija. No solo estaba al re palo, TREMENDO PEDAZO TENÍA!
"Hace rato me vengo imaginando esto, pero nunca pensé que estaría tan bueno!". Me empezó a besar el cuello. Yo con mi mano en la nuca, muy sutilmente, lo guiaba hacia abajo... Él solito me levanto la remera y me empezó a lamer las tetillas. Con mis jadeos le quería dejar bien claro que me estaba gustando, y mucho, lo que estaba haciendo. Empezaba a bajar, y me mira a los ojos y me dice "puedo?". "Toda tuya. Tanto la querías, ahí la tenes, toda para vos". Y bajo.
Por arriba del pantalón la fue besando. Lamiendo. Chupando. Hasta mordiendo suavemente. Mi pija no daba más. Estuvo un buen rato comiéndola por arriba. Hasta que él solito desabrocho los botones, bajo la bragueta, abrió el bóxer... Y ahí la tenía, toda ante sus ojos. Primero atino a lamerla con la punta de su lengua, desde la base a la punta. Muy suave. Como reconociendo el terreno. Y sin que me dé tiempo a reaccionar, de repente se la traga. De una. Hasta el fondo. Con algo de dientes, pero con la garganta súper caliente y húmeda. Se la dejo adentro varios segundos, hasta que la largo, y con una cara de emoción, como quien acaba de vivir uno de los momentos más trascendentales de su vida, me dice "No lo puedo creer! Me acabo de comer una pija! Qué bueno que esta esto!". Y siguió la faena. Y ya estando familiarizado, empecé a marcarle el ritmo con mi mano en su cabeza. Y agarro la onda enseguida. Tanto que al rato el me saco toda la parte de abajo, y mientras yo abría bien mis piernas, se acomodó entre ellas, para chuparme bien la chota como todo un experto. Lamidas, chupadas, garganta profunda, lamida y chupada de huevos... hasta me llego a mandar la lengua a la entrada del culo! Estuvo dándose un buen saque de pija durante un largo rato. Cuando se paró a sacarse la remera, quedo con su bulto a la altura de mi cara. Así como hizo el, sin dejarlo pensar, le desabroche el pantalón, y libere una pija lampiña, muy larga (unos 20 cm seguro), blanca, no muy gruesa... Y me la mande de una. Estaba mojadisima! Con mucho precum. Se la gargantee y saboree unas 3 o 4 estocadas y me pide que pare, que estaba muy caliente y a punto de acabar. Le digo que vayamos a la cama para estar más cómodos.
Nos ponemos totalmente en bolas, y va directo a comerme la pija. Me la chupo largo y tendido, de todas las formas posibles. Lo subo para que chapemos, y le pido que deje caer su cuerpo sobre el mío. Quedamos con las pijas espadeando. Lo abrazo firmemente, y le pido que haga lo mismo. Empezamos una franeleada brutal, frotándonos las pijas a full, besándonos con las lenguas a fondo, nuestras manos reconociendo cada sector del cuerpo del otro. Cuando rozo "sin querer" uno de mis dedos con la puerta de su culo, lo escucho jadear más de la cuenta. Lo paso con más intención, y responde más contundentemente. Se me separa, agarra las 2 pijas con su mano, y empieza a pajearlas. Vuelvo a acercar su boca a la mía y nos besamos con más ganas. Me doy vuelta, y le pido que me apoye. Qué lindo se sentía esa pija en la entrada de mi ojete! Tenía ganas de mandármela de una, pero notaba que él no se animaba. Volvió a chupármela. Comencé a acomodarlo para empezar un 69, pero me pidió que no le chupe la pija porque acababa en cualquier momento. "No te voy a chupar la pija", le dije. Y no, no lo hice, porque de una le mande la lengua al hoyo. Bien apretadito. Empezó a gozar y a jadear de tal forma, que me largo la pija. Estaba en las nubes! Salí del 69 y lo puse en 4, para comerle bien a fondo el hoyo. Empecé a mandar dedos. Primero uno, la punta. Gemía, se retorcía, apretaba, TEMBLABA, cerraba el culo... Pero se lo bancaba. Cada milímetro más que avanzaba con el dedo se retorcía más. Le pregunté si quería que corte, si le molestaba o no le gustaba. "NO, SEGUI, ME ESTAS MATANDO! ME ENCANTA!". Entonces le mande otro. Como temblaba! Tenía la pija durísima, pero latiendo como si en cualquier momento largaba el lechazo solo. Le llegue a meter 3 dedos y la punta de un cuarto. Ahí escuche las palabras mágicas: "no puedo más! COGEME! COGEME POR FAVOR!" 
Bañe mi pija y su orto en gel. El chabón temblaba como una hoja! Y a pesar de ya haberlo dilatado, y de pedirme que lo coja, cerraba el orto como si adentro guardara un tesoro invaluable. Le pregunte si estaba seguro, si quería que siga, y me insistió en que se la meta. Pero despacito, que era su primera vez. Así que fui lo más suave que pude. Aunque era una tarea muy dificultosa. Apretaba ese agujero con fuerza, ya nada podía entrar. Le pedí que relajara, que si le dolía o no le cabía hacíamos otra cosa, que no estaba obligado. Ahí aflojo apenas. Empecé a apoyar la cabeza. Costaba. Cada milímetro que avanzaba era una victoria, pero era un sufrimiento para él. Poquito a poco que avanzaba le preguntaba si quería que pare o que la saque, y me pedía que siga, pero muy despacito. Y así fui, muy lento. Me estaba retorciendo la chota con lo apretado que estaba! Hasta que llego el momento glorioso en que, de repente, toda la cabeza paso la argolla. Como se sintió! Ahí el pego un grito, nada placentero, y su cara era de un total sufrimiento. Yo estaba en la gloria, pero el al parecer no. Le pregunté nuevamente si quería que pare, que la saque (a mí me pasa que a veces me destruye el ojete la primera entrada, pero me la sacan y me la vuelven a poner y ya es todo placer), y me pidió que me quede, sin moverme, con mi pija en su culo. Estuve ahí un rato, debo admitir no muy largo, hasta que empecé a moverme, muy despacito. Vi su cara de dolor, como si tuviera una puñalada muy profunda y sangrante. Le volví a preguntar si quería que pare, me dice que no, que le gustaba.

Eso fue mi pasaporte. "AHORA TE LA VAS A BANCAR" pensé por mis adentros.

Y le empecé a dar con todo. Como apretaba ese culo era una gloria. Un verdadero culo virgen! Ahora si me pedía que pare, pero yo ya no quise parar. Le di muchas oportunidades para cortarla y el me dio vía libre. "Esto querías? Querías que te rompan el culo? Ahora te la bancas! Me pedias por favor que te coja y ahora te voy a re coger pedazo de trolo!". Las lágrimas caían de sus ojos, mientras le hundía la cara contra la almohada y lo montaba con mis piernas sobre sus caderas, a lo perro en celo. Dios como me calentaba verlo sufrir de esa forma! Me ponía la pija más dura todavía! "Acaba, por favor! Llename de leche!", me decía. Y si, lo iba a llenar eventualmente, pero no tan rápido. Sin sacársela le di en cuatro, montado, cucharita, con el totalmente boca abajo... "Que aguante que tenes! No acabas más!"...
Después de un buen rato (habrán sido unos 20 min o media hora) lo agarre en cuatro, de las caderas, le empecé a dar con toda la fuerza que me quedaba, mientras él seguía temblando y gritando, y apretándome el culo como no queriendo dejar que mi pija se saliera, y me termino sacando tremendo polvazo. No fueron menos de 8 lechazos que le mande! Se la saque, el forro estaba rebalsado el leche! Quise darlo vuelta para hacerlo acabar con un buen pete, pero su pija estaba totalmente muerta. Intente levantarla  y me dice que no, que ya no se le iba a volver a parar... Nos duchamos rápido y se fue, casi sin hablarme desde que acabe.
A los pocos días me reconoció que se sintió tan puto que se enojó consigo mismo en ese momento, que lo único que quería era que acabe rápido para que se termine ese calvario en su cabeza. Que nunca pensó que iba a terminar todo así, con el entregando el orto como una puta reventada, pidiendo por favor que lo cojan. Que iba a pasar con su mujer, con sus hijos… Pero que ahora, cada vez que se acuerda, se clava tremendas pajas, ya no un dedo, si no con tres o cuatro metidos bien adentro del orto, tratando de rememorar ese momento en que lo desflore por primera vez. Que se la coje a la mujer pensando en mí, pero de un modo que nunca me habían dicho: imaginándose que su mujer es el, y que él es yo, sometiéndose y metiéndosela sin piedad. Y pidiéndome por favor que nos volvamos a encontrar pronto. Porque su vida había cambiado por completo. Y de mí, su primer hombre, su primera pija, su primer culeada, no se iba a olvidar más.