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El guarda del tren. Vuelvo en 10 minutos.

Mateo Saavedra | Hubo una época en que me tomaba el tren con regularidad para ir a cursar, siempre en el mismo horario y me cruzaba con la ...

Mateo Saavedra | Hubo una época en que me tomaba el tren con regularidad para ir a cursar, siempre en el mismo horario y me cruzaba con la misma gente en la estación, tanto pasajeros como quienes trabajan ahí. En la boletería siempre estaba el mismo muchacho, morocho y por sus treinta y picos, muy amable y de verlo tan seguido ya nos saludabamos, la típica de preguntar cómo andas y tal. 
Al tiempo me doy cuenta que el chabon me saca más conversación y me mira fijo, incluso a través del vidrio que nos separa puedo notar como me mira de arriba a abajo. Hasta que un día me sigue charlando sin darme el boleto, por lo que yo no me podía ir, me pregunta adónde iba y a qué hora volvía. Si bien me daba morbo y ya me había dado cuenta que había onda, me causo un poco de desconfianza por la diferencia de edad era bastante, miro atrás mío y en la entrada de la estación había un policía, vuelvo a mirar al chabon y me estaba sonriendo asomando su mano con el boleto por la ventanita del vidrio, cuando voy a agarrarlo me acaricia mi mano y me dice que si quería pase a la vuelta que iba a estar más tranquilo para charlar un rato. Me quede caliente todo el día pensando en eso, no estaba seguro si cuando vuelva el flaco iba a seguir estando y, aunque estuviera solo íbamos a poder charlar al ser su lugar de trabajo o, al menos, eso pensaba yo. Porque cuando baje del tren y me cruce a la ventanilla me di cuenta que el policía ya no estaba, el muchacho me saluda por detrás del vidrio y me señala para el costado de donde estaba atendiendo, siguiendo las vías a unos metros estaba la puerta de entrada a la cabina. El sol estaba bajando y no quedaba mucha gente cerca, así que espero a que me abra y entro, el pibe mira un poco para todos lados, me saluda y entra también, cerrando la puerta. 

-A esta hora ya no están mis supervisores pero no quiero que me vean los guardas de enfrente, para que no jodan nomas- me dice sonriendo

Yo asiento y miro para todos lados, es como una habitación pequeña con un mueble que divide la parte donde está la ventanilla por la que atienden, que ahora veo tiene un cartón tapandola. Después hay una mesada con una cocinita, una mesa y sillas. Le pregunto si siempre esta solo, me dice que a esta hora generalmente sí pero que más temprano suele pasar más gente por los cambios de horario. Se me acerca y me agarra de la cintura, yo miro para el lado de la ventanilla y me dice que me quede tranquilo que ya no va a venir nadie y, que si vienen, no los atiende y listo. Nos besamos, con ganas, me tira contra una pared y me besa el cuello. Tiene puesto el uniforme de guarda de tren que me calienta mas todavía, me vuelve a besar y me agarra del orto. Yo empiezo a buscar su pija por arriba del pantalón, ya la tiene dura. Respira fuerte y su boca esta caliente, me besa con mas ganas y me agarra con las dos manos las nalgas apretándolas bien. Le desabrocho el pantalón y saco su pija, no es gruesa pero tiene una cabeza grande y ya esta toda mojada. El me besa el cuello mientras lo pajeo, me saca la remera y empieza a bajar, con su lengua juega en mis pezones por un rato, a mi se me escapa un gemido y él me pone dos dedos en los labios y me sonríe, yo empiezo a chuparle los dedos y se excita más. Me baja el pantalón de un saque y se mete mi pija en la boca, lo hace torpemente pero me encanta, con sus manos masajea mi cola mientras va buscando con un dedo. Lo agarro de la nuca y bombeo un poco, le cuesta pero no se queja, se la traga entera. Se la saca de la boca y volvemos a besarnos, le saco la chomba azul y le beso el cuello. El me agarra y me sienta sobre la mesada, me termina de sacar el pantalón, nos besamos un poco más mientras pajeo nuestras pijas, las dos al palo. Me agarra de los tobillos y me levanta las piernas, obligándome a recostarme sobre mi espalda para empezar a chuparme el orto, yo estaba en la gloria. 
Me comía el orto con ganas mientras me abría las piernas, estaba aguantando todo lo posible para no gemir o gritar pero estaba en el cielo, mi pija explotaba. Sigue un buen rato así hasta que se escuchan unos golpes contra la ventanilla, el se para y escucha, yo me asusto y me bajo de la mesada atento a buscar mi ropa. El me agarra y me hace silencio, me susurra que no haga caso que ya se va a ir. Unos segundos después el golpeteo para y el se ríe, me vuelve a besar y buscar la cola. Yo le agarro la pija con las dos manos, sigue muy caliente, y bajo a chupársela. Se agarra de la mesada mientras intento metérmela toda entera y le paso la lengua hasta los huevos. El bufa y mueve la cadera para que me la trague un poco mas, hasta que me levanta y me da vuelta, quedo apoyado con mi panza en la mesada, me besa la espalda y vuelve a comerme la cola, abriendo bien las piernas lo dejo hacer. Vuelve a subir y me mete un dedo, suave, hasta que logra meter otro. Me pregunta si sigue y le digo que si, busca una mochila a un costado y saca un forro, mientras se lo pone me chupa la cola que ya esta lista para que me la meta. Me vuelvo a sentar en la mesada levantando las piernas

-¿Así la queres?- me pregunta
- Toda - le respondo mordiéndome el labio



Esta exitadisimo y con la pija a mil, se lame la mano llenándola de saliva y la pasa por la punta de su pija, otro poco por mi cola. Me abre bien las piernas, yo me recuesto para encontrar un mejor ángulo y siento como la empieza a meter. Al principio duele pero el lo hace suave, la cabeza de su pija es ancha pero una vez que pasa y me acostumbro empieza un suave movimiento. El esta tirado encima mío, me besa un poco el cuello mientras respira fuerte y con su mano me sostiene una de las piernas. Empieza a aumentar la velocidad y yo no puedo evitar gemir, le pido más y el se envalentona y la manda mas al fondo. Aumenta la velocidad, siento como su pija entra y sale de mi, los dos estamos casi gimiendo y de la calentura ya no me pide silencio, es más la mesada choca contra la pared por el vaivén pero él no se detiene, me sigue bombeando, una mano en mi cintura y la otra en mi pierna. Yo me empieza a pajear y siento como mi cola aprieta su pija un poco más, no aguanto y le aviso que estoy por acabar justo cuando tiro dos chorrazos de leche sobre mi pecho, el me mete la pija bien hasta el fondo y la saca, se saca el forro y se pajea acabándome encima también. El se corre y se apoya en una de las mesas, yo me siento en la mesada hasta que me trae un rollo de cocina y me limpio. Cuando termino tomamos un poco de agua, me dice que hace rato me tenía fichado pero no se animaba a hacer nada, me muestra la mano donde tiene el anillo y me dice que es casado, que la pasa bien con su señora pero ninguno de los dos está contento. Me pongo un poco incómodo, no porque sea casado sino porque no se si quiero escuchar sus problemas matrimoniales. Al rato me termino de vestir, el sale primero y se fija que no haya nadie cerca, me hace señas y me saluda con un beso. Yo me voy riéndome de que me garche al guarda del tren y del cartel que puse en la ventanilla: 'vuelvo en 10 minutos'
Nos vimos un par de veces más pero se le complicaba por su trabajo así que nunca pudimos volver a garchar como esta vez, además yo cambie mis horarios y ya no lo cruzaba. Me acordé de esto porque hace poco me lo encontré, me contó que la señora se enteró de todo pero que seguían juntos y estaban bien.