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Sporclub Dot Baires, ahi también pasan cosas...

Por Joe | Relatos de los lectores | Esto me pasó hace unos años cuando conseguí trabajo en etiqueta negra sede Dot Baires. Era impresionante...

Por Joe | Relatos de los lectores | Esto me pasó hace unos años cuando conseguí trabajo en etiqueta negra sede Dot Baires. Era impresionante la cantidad de putitos que trabajan en ese shopping. Como de costumbre fui y me inscribí en el Sportclub del último piso. Siempre que iba a los vestuarios o a las duchas me cruzaba con algún empleado y lograba verlos en bola. Había un rubio que literal tenía un morcillón entre las patas. Quede re caliente y me tuve que ir a hacer una paja en los boxes mientras escuchaba como los chongos se bañaban en las duchas. Siempre me calentó escuchar el ruido de las duchas y el jabón.

Me excita mucho imaginarlos bajo la ducha todos enjabonados. Una mañana cuando estaba por empezar mi rutina de elongación para después irme a las duchas. Noto que un pendejo petiso y culón se pone también a enlongar a unos metros míos dándome la espalda. El muy hijo de puta se abría de piernas y me mostraba como el culo le comía el pantalón. Se notaba que le gustaba verme desearle ese culo. En un momento no aguante más la calentura y me fui al vestuario para poder bañarme e irme. Gran fue mi sorpresa que ya estando bañándome escucho como la ducha de enfrente a la mía se abría y de curioso miro qué onda. Era él, completamente desnudo y nuevamente dándome la espalda. Ahora no veía como el culo le comía el pantalón sino que veía como el jabón nadaba por ese cuerpo hermoso y se hundía entre sus nalgas. Pude notar que en uno de los cachetes tenía tatuado un signo del zodíaco. Jamás tuve tantas ganas de morder un tatuaje como el que llevaba puesto. 


A esta instancia yo ya estaba re duro y con la pija híper dura y no podía dejar de mirarlo. En un momento el empieza a lavarse el cuerpo y cuando está pasándose la mano por la cola gira la cabeza y me mira muy sutilmente. La adrenalina y la calentura me desbordan la pija. Estaba que en cualquier momento le saltaba encima. Me hice el difícil y empecé a hacer lo mismo pero de frente, me empecé a enjabonar todo el cuerpo mientras lo miraba fijamente. En un momento el clavó su mirada en mi pija y fue ahí cuando decidí enjabonármela para que me vea pajearme. Él subió la apuesta y me mostraba como se metía el jabón entre el medio de su culo. Pudimos notar que para ese entonces no había nadie en el vestuario porque no había voces ni ruidos. Él apoyó sus manos sobre la pared, encorvó la espalda, sacó culo y me miró rogándome que me lo coja. Solo tarde dos segundos en llenarme la pija de crema de enjuague, pajearme para distribuir bien y me mandé de una. No solo me calentó el pendejo cuando elongaba sino que también me calentó en las duchas y más aún siendo las duchas mi morbo. 
Era obvio que no íbamos a poder gozar por mucho tiempo así que le bombeé el culo como si mi vida dependiera de ello. Se tapaba la boca para no gritar tanto. Yo aferrado a su cadera en modo automático escuchándolo sus gemidos, las duchas y a su culo sopapear agua, jabón y crema. Recuerdo que estaba a punto de acabar y le pregunté dónde quería que le acabe y eligió la cara. Le saqué de prepo la pija del orto, lo agarré de los pelos y se arrodilló. Me chupó la pija y él solito se tiro toda la la guasca que me hizo juntar desde que me lo crucé ratos antes. 

Nos bañamos juntos hasta que él pudo acabar. Al ratito escuchamos entrar gente al vestuario. Nos despedimos y salimos de las duchas como si nada. Cada uno se cambió y se fue. Luego entre a mi turno en el local fresco como una lechuga. Jamás había podido concretar un garche en las duchas de un gimnasio y esa vez la pasé genial. Después nos cruzamos un par de veces más pero sólo podíamos mirarnos porque siempre había gente en las duchas o en el vestuario.