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Sujeto amistoso: cuando te guía la calentura. (Sobre mis aventuras con cartoneros)

Tengo 30 años. Hace poco andaba recaliente tipo a las 23 hs, con ganas de coger a full. Busqué por grindr alguno con las mismas ganas que yo...

Tengo 30 años. Hace poco andaba recaliente tipo a las 23 hs, con ganas de coger a full. Busqué por grindr alguno con las mismas ganas que yo. Encontré a uno que estaba como a 4 kms de mi casa, en Caballito, así que decidí ir a su casa en auto. Llegué y no pegamos onda mutuamente, igual tratamos de hacer algo pero nada, al flaco ni se le paraba del todo. Me vestí y me fui. En el auto seguí buscando por Grindr pero nadie quería nada a esa hora (ya eran las 00 hs aprox) Resignado estaba por volver a mi casa cuando se me ocurrió ir a un lugar en Constitución.




Había leído en una descripción de algún perfil de grindr que se armaba joda a la medianoche en un puente peatonal que está cerca de la plaza de Constitución. Tenía miedo pero mis ganas de sexo eran mayores, así que fui a ver que onda. Llegué y dejé estacionado el auto sobre una avenida, mientras guardaba mis cosas en la baulera vi que cerca había un pibe cartonero buscando cualquier cosa de valor en los contenedores de basura. El pibe tendría como 23 años, era morocho, como de 1,71 de alto, pelos del pecho recortados (no estaba usando remera), piel bronceada y atlético, producto de su arduo trabajo en las calles porteñas. Llevaba un bolsón como los que se usan para dejar la arena en la vereda, lo arrastraba y en su esfuerzo marcaba sus abdominales y brazos fuertes.


Entré en calentura nuevamente al ver ese pibe, pero ni se me ocurrió encararlo. Él no me vio. Bajé del auto y me encaminé al puente peatonal a ver si encontraba acción allí. Subí las escaleras y caminé por el pasillo hasta llegar al final del recorrido y no encontré a nadie deambulando. Sólo vi un par de linyeras acostados en un colchón al lado de la avenida, sobre el césped. Qué ganas de encararlos y chuparles la pija pero me dio temor nuevamente. Decepcionado, me encaminaba nuevamente a donde se encontraba mi auto, bajaba las escaleras de la peatonal y veo al mismo pibe cartonero caminando hacia donde estaba, jalando su saco. Me puse nervioso y excitado nuevamente al ver su escultural cuerpo.


El pibe levanta la mano como para saludarme, no entendía si me lo hacía a mí o a otro (igual, sólo estábamos los dos en la misma calle) se va acercando cada vez más y me dice: hola amigo, cómo estás. Le respondí que bien, y me pregunta que estaba haciendo por ese lugar, le dije que salí a caminar porque no podía dormir, me responde la noche está tranquila y fresca para pasear. Luego arrastra sus cosas hasta dejarlo en sobre la vereda, lo deja y camina para cruzar la calle y abrir una canilla pública y se comienza a lavar el torso. Yo loquito de sólo mirarlo, no se me ocurre caminar y lo miro fijamente, él se da cuenta. Me dice, querés conversar? No sabía que responder, él se sienta sobre la entrada de un edificio público y me llama, voy a él y me siento a su lado. Le pregunto, venís seguido por esta zona y me responde que sí, que conoce cada calle y hueco de constitución. Decía eso y sonreía, me miraba como entendiendo mis intenciones. Le digo que debe ser muy cansado arrastrar ese costal sin llevar un carrito, me dice que no, que está acostumbrado a hacerlo y que trabaja desde el amanecer hasta la noche. Mientras decía eso, miraba sus brazos duros y no pude contenerme más, le toque esos músculos que soportaban todo ese esfuerzo casi sobrehumano. Le digo, claro con estos brazos te debe ser fácil cargar cosas pesadas, me responde que sí. Pude notar que debajo de su bermuda algo crecía, ya en ese momento no dudé en tocarle el bulto. Me sonrió y se dejó tocarle.


A lo lejos una pareja de chicos pasaban, me di cuenta y saqué mi mano de su cuerpo. Los chicos miraron y sonrieron, probablemente se dieron cuenta de la situación, siguieron su camino. Estaba nervioso, le pregunté al pibe si conocía de algún lugar más tranquilo donde estar. Me dijo que sí. Se paró y me dijo que lo siguiera, caminamos por debajo de un puente por donde pasan los colectivos, estaba todo a oscuras y cada 5 o 10 minutos para algún colectivo. Llevaba su saco y le ayudé en su trabajo de arrastrar cartones, no pesaba mucho pero calculo que laburar todo el día de lo mismo es agotador. Llegamos hasta el medio del puente y me di cuenta que entre las vías de los colectivos que iban uno en el sentido contrario al otro, había un espacio con columnas, cartones tirados y algunos trapos, algunos linyeras tal vez dormirían allí, pero cuando llegamos sólo estábamos nosotros dos.


Sacó una sábana de una mochila que llevaba dentro del costal, la extendió en el piso y se acostó sobre ella. Aunque estábamos a oscuras, caía algo de luz sobre el lugar, lo suficiente para poder distinguir su abdomen duro y esa carpa que traía abajo. De una le bajé la bermuda y tenía un slip, lo masajeé un rato y ya sin ganas de seguir perdiendo el tiempo se lo bajé para ver una pija hermosa, durísima como de 20 cm. Me lo metí a la boca, no se sentía sucia aunque sí se distinguía un poco el salado del sudor de un macho que labura más de 12 hs al día. Me fascinaba estar en esa situación, petear al flaco en la calle, tenerlo casi en bolas sólo para mí, lamer su pecho, su panza, sus piernas peludas, sus huevos bien colgantes. Para esto viniste acá no putito? eso me decía mi macho mientras disfrutaba de mi lengua y cerraba sus ojos, tal vez para imaginar que quien le da tanto placer es una mujer y no un hombre.

Estuve así como 15 minutos, tocando con mis manos cada parte del frente de su cuerpo, pasando mi lengua por los lugares que más me gustaba lamer. Cada tanto pasaba un bondi y por la velocidad a la que iba, calculo yo que no se veía lo que hacíamos, y si lo veía poco me importaba ya en esa situación excitante. En un momento le digo que quiero que me coja. Me responde que no le gusta coger a hombres, pero si le daba una propina para la cerveza lo hacía. Yo nunca pagué por sexo, pero la situación era excepcional, además el pibe me generaba deseos de ayudarle en algo aunque sea algo mínimo, que paliara su difícil situación económica. Le respondí que le pagaría pero después porque que el dinero no lo llevaba encima (había dejado todo en el auto), el estaba desconfiado, me decía que muchos prometían pagarle después después de cogerlos nadie volvía a buscarlo y pagarle lo prometido. Le dije que yo no soy una persona como aquellas y que sí estaba dispuesto a pagarle. Después de mucha insistencia me dijo, está bien.

Le pasé un preservativo, me puse gel en la cola y en su pija, me puse en 4 y me agarró de la cintura y comenzó a metérmela, la tenía muy gruesa y me la metió muy rápido, me la saqué al instante por el dolor y le pedí que me la metiera más lento. Pasado el dolor, me puse nuevamente en 4 y alzando la cola, mi macho se puso atrás mío y me la comenzó a meter de nuevo. Esta vez fue más delicado en enterrármela, sentía cada centímetro entrando en mi culo y cuando ya la tenía toda adentro, siento sus huevos colgando en la entrada de mi ano. Comienza a moverse atrás y adelante, cómo coge el flaco! me la saca casi toda y me la vuelve a meter con toda la furia. Pasa un colectivo, bajo mi cabeza para que no descubran pero mi culo está al aire y el macho atrás mío, logro ver la sonrisa del chofer, tremenda culeada le están dando al putito ese flaco de la calle, debe estar pensando. La mete y la saca y en cada movimiento siento sus huevos golpeándome la entrada, levanto mi cabeza un poco y con mis manos toco su culo y lo empujo hacia mí como indicando que me la meta más fuerte, ese culo velludo hermoso, duro como roca de tanto esfuerzo físico de todos los días. Fácil podría ser un modelo de ropa interior o un scort. Me tenía bien agarrado de mi cintura y cada vez me daba con más fuerza, presiento que pronto va a acabar, lo agarro más fuerte de su culo y le obligo a pegarse más a mí. Siento cómo explota dentro mío, su pija se mueve con cada largada de leche. Con mis manos en su culo le muestro que quiero que se acueste encima mío, y eso hace. Siento como esa pija sigue moviéndose dentro mío y de a pocos se va poniendo más flácida. Nos levantamos y como para cerrar le chupo su pecho mientras me pajeo y acabo.

Luego, volví a mi auto y le llevé el dinero como lo prometí. Espero cruzármelo de nuevo.