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Se lo que hicieron el verano pasado! La abuela petera.

  Por Mariano Sepúlveda  |  El verano pasado no sabía muy bien que hacer en las vacaciones, nosotros los abogados si o si veraneamos en ener...

 Por Mariano Sepúlveda El verano pasado no sabía muy bien que hacer en las vacaciones, nosotros los abogados si o si veraneamos en enero y tenemos otros 15 días en julio, la cosa es que por diversas razones este año me dejé estar.


"La abuela" como le decían mis amigos, se llamaba Hernando y tenía 58 años...


Pensando andaba cuando un amigo me cuenta que con su pareja se iba a ir a Chile, que había lugar para mi y que si quería podía ir. Cabe destacar que este flaco llamado Enzo esta casado con su chico Julián, con papeles y como Dios manda, hacen siempre referencia a ello y lo viven intensamente. Son macanudos y siempre la pasamos bien. Julián es de esos “pasivos, participativos, ostentosos” –si- hace gala de ser pasivo, “de ser el que se banca la chota grande del marido en el culo”; “de romperse el culo para que el marido la pase bien”; “ siempre deja en claro que él es el pasivo y que Enzo es el que se la pone, funcionan como un matrimonio tradicional, Julián se encarga de la casa, la ropa, del súper y la comida, incluso tiene -según su marido- "cosas de minita", mientras que Enzo labura y trae el alimento diario.

Hablamos de cómo sería el viaje, a donde, y cuando saldríamos. El lugar elegido era La Serena, en Chile una especie de Punta del Este del Pacifico, una casa que ellos ya habían alquilado donde había un dormitorio para mi. Me cuentan que tal vez los visite un sobrino de Enzo que vive en Mendoza, pero que no habría problemas con los lugares, que nos las arreglaríamos.

Pocos días antes de viajar me comentan que se agregaba un amigo de Julian@ al que llamaban “la abuela” un tipo de unos 60 años que también andaba en banda y que viajaría con ellos. Ellos fueron en auto, yo lo hice en avión porque tenía que hacer unas cosas de último momento en Buenos Aires.

“La abuela” en realidad se llamaba Hernando y tenía 58 años, estaba solo, era de eso tipos bastante bien de cuerpo para su edad, si bien no era mi tipo, pero de cara era parecido a Gollum, practicaba crossfit, -según me dijo- y pilates. Jamás me reconoció que se teñía el pelo, (pero se le notaba) y era realmente toda UNA SEÑORA.

Así conformada la familia de verano, teníamos al papá Enzo, la mamá Julian@, la abuela, devota de Barbra Streisand a la que le decíamos Barbra y yo que era algo así como el hijo varón al que mejor tener cerca para que no se quede solo en casa, usándola de bulo... (en sus palabras, al armar esta familia imaginaria).

Pasamos una primera semana muy buena, con los problemas que puede tener cualquier familia tipo argentina, pero cuando hubo cobrado un poco de confianza, la abuela Barbra se la pasaba todo el tiempo con el Grindr abierto, mostrándome las pijas que se comería si concretaba, haciendo algo así como un "scat de la carne", algo que a mí no me importaba, yo no soy ningún santo, pero esas cosas las hago con carpa.

Ya era inminente la llegada del sobrino de Enzo y un día fuimos a comer a un restorán donde en el final nos hicieron una degustación de tragos con pisco, conclusión terminamos todos con un pedo chileno que nos mandó a la cama sin escalas, momento en que “la abuela” aprovecho para propasarse con este cuerpecito; es que en determinado momento en que me encontraba en mi cama durmiendo la borrachera que traía, me despierto -primero pensé que soñaba-, con una terrible erección y que se trataba de mi ex que era de despertarme en las madrugadas con un rico pete, pero no...




Era la abuela que se había sacado la dentadura y me estaba dando la mamada más suave que me dieron en la historia, obviamente no me mordía y se la metía toda en la boca. Tengo la chota gorda y es un clásico que me claven o raspen con un diente, pero esto era sublime, igualmente la situación era incómoda, la abuela se río, creí verla por luces que venían de afuera y siguió abroquelada a la chota, hasta que me ordeño la última gota. Parecía un vampiro entre sombras, hincado sobre su víctima...

A la mañana siguiente el desayuno fue incómodo. Con su sonrisa cómplice me llamo aparte para decirme que estaba todo OK, que era una tumba y me mostró fotos que había sacado con su celular donde se veía perfectamente mi chota y sus encías desnudas. ¡Fue mucho!



Ese día llegaba Fede el sobrino de Enzo,
 que también era gay, con un parecido a Nick Jonas el pendejito estaba que se partía y mi cuerpo lo sabía, la abuela empezó a reclamar su “pedazo de carne” y la cosa se empezó a hacer insostenible.

Los chicos Enzo y Julián no sabían muy bien que pasaba, pero algo se imaginaban, el sobrino quería seguir viaje hacia el norte con su mochila y me invitó, luego de dos días interminables lo seguí y terminamos garchando en cada lugar que pudimos, dotado en las artes amatorias varoniles, no había mucho para enseñarle…

Era un experto petero y se dejaba dar por popa con su orto apretadito y bancador (era un constrictor anal una vez que tenía toda mi chota adentro, cada vez que lo hacía me volvía loco y se reía), realmente las vacaciones dieron un giro buenísimo cuando yo ya creía que no remontaban.

Le pregunté donde había aprendido a mamar pija de esa forma extraordinaria y él me contestó con una contra pregunta:
¿Me vas a decir que "la abuela" en todas estas noches que durmieron juntos no te dio cerveza o algo y te peteó?

-Le conteste que sí, y le conté lo de la noche del pisco.

-El me contesto que a él le había chupado la pija muchas veces desde la adolescencia.


Nos empezamos a reír.

Y ahí estábamos los dos desnudos en una cama de hotel, por algún lado del norte de Chile, recordando a "la abuela petera" y su técnica sin dientes para dar placer a las chotas del mundo.