FALSE

Page Nav

HIDE

HIDE

HIDE

Grid

GRID_STYLE
TRUE

Top Ad

//

Últimas novedades

latest

Ya no somos pareja, somos TRIEJA, el camino al poliamor.

En relación a la nota: Estar en un trio y no quedar en el camino   recibí un muy buen testimonio que no debe quedar solamente en coment...

En relación a la nota: Estar en un trio y no quedar en el camino recibí un muy buen testimonio que no debe quedar solamente en comentario.
Solo quiero agregar el significado de lo que para mi es una TRIEJA: son tres personas unidas emocionalmente. El lenguaje necesita ampliarse siempre que haya realidades y conceptos nuevos. Un trío es acostarse de a tres.
Lautaro Anchorena


En primera persona

Te voy a contar mi historia, mi pareja de muchos años, realmente es demasiado calentón y zarpado, por lo que siempre andaba de cacería buscando que chavón cojerse, hasta que un día me molesté tanto al descubrir lo que hacía que estuvimos a punto de romper definitivamente, pero cuando vos tienes una relación que nació desde que eras un pendejo hasta bien entrada la madurez, esas cosas no se acaban así como así.

Por lo que no sólo lo perdoné sino que el para mostrarme su arrepentimiento trajo a casa a uno de los pendejos que se cojía, al principio me sentí muy incomodo e incluso llegué a pensar que terminariamos peleados por cuenta de eso, pero mi pareja no solo fue inteligente en la propuesta sino que el chavón fue bastante delicado y se ocupó de atenderme exclusivamente, ese era el trato que mi pareja había hecho: llevarlo a casa para que me cojiera y el (mi pareja) estuvo todo el tiempo ayudando y facilitando las cosas.

Terminamos, nos despedimos y hasta ahí. Esa experiencia permitió que cada vez que nos gustaba alguien, por consenso, lo invitábamos a participar en un trío y siempre tratamos de que la participación fuera total, si eso no se daba, despedíamos al tercero de muy buena manera y hasta ahí. Les cuento que fueron muchos los chavones que pasaron por esa experiencia, de hecho muchos quieren probarla alguna vez en la vida.

Hasta que un día apareció en nuestras vidas un muñeco de apenas 22 añitos, super zarpado y estuvimos toda la noche cojiendo como locos, el chonguito era demasiado bueno en la cama y nos atendía a los dos de maravilla, tanto que repetimos varias veces hasta que lo invitamos a vivir con nosotros. Hoy tenemos más de 10 años juntos, con los típicos rollos domésticos de las parejas, pero a tres. 

No se si esa experiencia pueda ser replicada, no sé, ni me interesan los estándares que la gente maneja respecto a esa situación, lo que si sabemos es que estamos muy felices los tres, cada uno se complementa, yo soy ingeniero, mi pareja médico y nuestro bebé un futbolista de alto vuelo, cada uno complementa a los otros dos, y tenemos una ventaja adicional, si por alguna razón uno de debe ausentar por cuestiones de trabajo, siempre habrá uno de nosotros que le acompañe, aunque tratamos siempre de estar los tres juntos. 

Muy buena la historia de Lautaro, siempre dando donde tienes que dar y hablando claro, saludos


Leandro del Boca