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Walter ... un recuerdo de mis primeros juegos sexuales. El ritual del gatito.

Marcos L | Hoy me acordé de un compañero que tenía en el primario llamado Walter con el que empecé mis primeros juegos sexuales. Era el vag...

Marcos L | Hoy me acordé de un compañero que tenía en el primario llamado Walter con el que empecé mis primeros juegos sexuales. Era el vago de la clase, el que se las sabía todas y seguro tenía más calle que yo....



La familia lamentablemente nunca le daba atención y algunas veces las pasaba conmigo.

Nuestro rito era juntarnos y meternos en alguna de las casas en obra del barrio que se estaban construyendo o en casas abandonadas.

A la adrenalina de entrar en un lugar donde podíamos ser descubiertos se le agregaba para mi el saber lo que venía después, empezar a tocarse... tocarme y arrodillarme para que le oliera la chota, ya para esa edad (16 años) tenía algo que presagiaba un buen tamaño. Yo solo tenía 13 y no sabia nada de "eso" duro que me quemaba en la entrepierna, el me iba a mostrar todo. Se reía tiernamente cuando me veía acabar. Un día quedé muy mareado y aturdido luego de una de mis primeras acabadas luego de estar meta garchar y calentarme. Me dijo que me tenía que acostumbrar que no tuviera miedo. 

 Siempre me decía que un día me iba a partir al medio. Que todavía era muy nenita, (siempre me trataba en femenino cuando ya estábamos en la obra, o en la intimidad),  pero que cuando tuviera mas edad no me salvaba. Esperó religiosamente para romperme el orto cuando ya había pasado la revisación de la colimba en la que me había tocado número bajo. Al día siguiente de este evento nos encontramos y me dijo: "Llegó el día". Se había venido con un pomo de Aqualane para lubricar... En esa época se estilaba pasar la revisión medica de la colimba, porque te inspeccionaban bien el culo. Era la época de la dictadura. Los milicos eran bravos y en Tucumán eran peor por esos años.




Mientras tanto me hacia jugar al gatito.
El juego consistía que en le oliera bien la pija lamiéndola, no tragándola, le encantaba ver como le pasaba la lengua por el prepucio hasta ir haciendo que se parara y se descubriera el glande. Los olores y los sabores a mi me volvían una fiera en celo. Cuando el fervor aumentaba sacaba un vaso de aros plegable que llevaba al colegio, donde acababa, cuando estábamos en su casa o la mía lo hacia en un plato o un bols y luego me hacia tomar la leche como si fuera un gato. Mientras me dilataba el orto con su lengua y luego me apoyaba la cabeza, me puerteaba. Mi lengua en el plato, la suya en mi orto. A veces a falta de alguno de estos utensilios acababa en su mano y también me hacia beber. ME CALENTABA SOBERANAMENTE ESTE RITUAL.



A pesar de lo tosco de su carácter jamás me obligo a nada que no quisiera. Y yo quería todo! Para el tipo frío que era; conmigo se mostraba tierno y en la intimidad se reía mas de lo que lo había visto reír en la escuela.

Pasaron algunos años antes de que pudiese meter toda su pija en mi culo. Nos seguimos viendo después de la primaria solamente cuando había ganas de sexo, pasamos nuestra adolescencia juntos, con toda nuestra revolución hormonal, descubriéndonos, pero en escuelas diferentes. Y fue la primera persona que me enfiestó con otro flaco, que pudo vencer mis nervios y resistencias para que en la cama también gozara, recuerdo una boca golosa que hacia las delicias de mi culo para dilatarlo y después penetrarlo, pocas veces me chuparon el orto así. Las penetradas eran gloriosas y sin dolor para un tipo que era ya definitivamente, un superdotado.

Esta amistad sexual y clandestina duró mucho en el tiempo. Lo recuerdo en la puerta de mi casa por las madrugadas pidiendo que le toque la verga, que se la chupe y que le saque la leche porque no podía dormir. Lo recuerdo tocando a mi puerta cuando le tocó hacer la colimba y tenia franco, pidiendo por favor que le saque la calentura. Lo recuerdo haciéndome probar su leche que fue la primera que probé en mi vida. Haciéndome hacer cosas para que "hagas con otros hombres". Diciéndome que era lo que a él lo ponía loco en la cama. Haciendo que yo gozara para que: "fuera un buen negocio para los dos".

También recuerdo el susto que nos pegamos un día cuando habiendo ya roto mi orto y terminando de garchar al sacar su pija nos dimos cuenta que salía sangre de algún lado!
Mi culo estaba que parecía Kosovo luego de una guerra, pero no me dolía. No era mi orto, ya me lo había roto y estaba perfectamente amoldado a su garcha, era su frenillo, yo estaba asustado y no sabia que hacer, miraba la cama y parecía que hubieran matado a alguien. Recuerdo que me agarro de la cabeza, con su pija sangrando, me dio un beso y me dijo: "Estoy bien, encargate de la cama, que yo voy a ver a un médico que conozco y le digo que estuve con una mina. No te hagas drama, después te llamo."

En fin ... vale un recuerdo por un amigo de la vida del que no tenia rastros, pero si buenos recuerdos.

Hasta hoy, en que me enteré que se mató viajando en moto. 

Buen viaje; tengo los mejores recuerdos de nuestra adolescencia.